• Asignatura: Geografía
  • Autor: Nati715
  • hace 9 años

¿Qué tipos de industrias se trasladan a Europa oriental? ¿Por qué? ¿Cuáles no se deslocalizan? Gracias!!

Respuestas

Respuesta dada por: sg4444464
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percibidas como instrumentos de creación de empleo y de nuevas oportunidades. La tecnología y el comercio se consideran factores perturbadores en cuanto a distribución de los ingresos. El comercio se enfrenta a una mayor oposición política, pese a que en realidad es un vector de cambio menos determinante que la tecnología. En todo caso, para lograr el crecimiento, la estabilidad y la armonía social en el futuro son indispensables políticas educativas y de formación a largo plazo y políticas a corto plazo que permitan gestionar estas transiciones. Otro de los retos de política pública, que irá cobrando sin duda cada vez más importancia, es la gestión del medio ambiente. El crecimiento de la población y el incremento de los ingresos en gran parte del mundo someterán a mayores presiones al medio ambiente, y en especial al patrimonio natural de la humanidad. Será necesario un importante esfuerzo de cooperación internacional para hallar la senda hacia el desarrollo sostenible. El comercio no es la única clave para resolver esta compleja cuestión, pero ciertamente puede contribuir a ello. Aunque el papel de la tecnología será de nuevo fundamental, la comunidad internacional tiene ante sí el enorme reto sociopolítico de concluir un acuerdo sobre las responsabilidades nacionales sobre las medidas correctivas aplicables en ámbitos como la lucha contra el cambio climático. Que logremos garantizar el futuro de las generaciones venideras dependerá de nuestra capacidad para desarrollar actuaciones colectivas coherentes. Describir un panorama tan amplio de nuestro futuro nos ayudará a ver el comercio en perspectiva y a comprender el lugar que ocupa en el mundo. Nos recuerda que no nos interesa el comercio per se, sino por su posible contribución a nuestro futuro. Como he señalado antes, el comercio mantiene una relación bidireccional compleja con muchos de los demás factores determinantes de ese futuro. Tenemos la responsabilidad de promover el comercio y crear las condiciones que le permitan realizar la contribución que le corresponde. El estancamiento de la Ronda de Doha y la incertidumbre que ello genera parecen indicar que probablemente no hemos hecho todo lo que estaba a nuestro alcance en este sentido. Es mucho lo que está en juego. Durante las últimas décadas, el comercio ha desempeñado un papel destacado en diferentes frentes como parte de un círculo virtuoso de crecimiento y desarrollo, precursor de oportunidades inimaginables hace tan sólo unas décadas y factor facilitador de una mayor armonía social. El auge de las cadenas de suministro mundiales ha profundizado y ampliado las oportunidades derivadas de los intercambios internacionales. Cuando se piensa en el comercio desde un punto de vista económico más racional (es decir, no sólo en términos de corrientes de bienes y servicios, sino de la contribución de los diferentes países a las relaciones de producción conjunta), se empieza a apreciar la verdadera naturaleza de los intereses comunes que nos unen. Las estructuras dependientes de las políticas, como la OMC, no se sostienen por sí solas. Por este motivo, es necesario renovar los esfuerzos a fin de reactivar la vitalidad del sistema mundial de comercio. Para ello, la OMC debe resolver cuestiones pendientes desde hace mucho tiempo como los aranceles, las medidas no arancelarias, los servicios y la agricultura. Al mismo tiempo, en nuestro mundo cada vez más integrado hay que prestar atención a otras cuestiones, como la inversión, la competencia, las subvenciones y una gestión de las políticas públicas que facilite el comercio. Será cada vez más importante evitar la incoherencia y la fragmentación en el diseño y la gestión de las políticas. La OMC debe buscar un compromiso constructivo sobre cuestiones fundamentales relacionadas con el equilibrio de derechos y obligaciones de sus muy diversos Miembros, especialmente en un mundo donde la influencia y el poder se están desplazando de unos países a otros. Es necesario un mejor ajuste entre los acuerdos comerciales preferenciales y el sistema multilateral de comercio. La convergencia de las medidas no arancelarias, como las normas, que es esencial para establecer unas condiciones igualitarias en el futuro, no es la responsabilidad principal de la OMC. Pero la OMC debería estar en condiciones de promover una mayor convergencia. Las cuestiones internas relacionadas con el diseño y la gobernanza de la OMC también tienen importancia. Una de ellas es cómo preservar dentro del sistema las ventajas asociadas a los regímenes comerciales no discriminatorios. Otra es cómo definir para la Secretaría un papel que permita facilitar aún más el progreso sin poner en cuestión la primacía del poder de decisión de los Miembros. 
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