explicar el texto con tus propias palabras:
En el año 2008 con el comienzo la crisis financiera-económica mundial, el proceso de integración experimentó un amesetamiento por la caída del precio de los commodities y la pérdida de impulso de las economías de la región que afectó especialmente a Brasil, nuestro principal socio comercial. Esta desaceleración condujo a los gobiernos a focalizarse en los aspectos comerciales del proceso de integración desde una perspectiva defensiva,creando más trabas y barreras dentro del MERCOSUR. Se trató de una decisión equivocada porque en un mundo multipolar en conformación, con una fuerte concentración y extranjerización de las economías de los países, una de las prioridades debería ser darle nuevo impulso a la integración regional”
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Respuesta:
Explicación:
LA RECESIÓN GENERALIZADA EN
ECONOMÍAS DESARROLLADAS
Las economías desarrolladas presentan un panorama recesivo no visto en mucho tiempo. De acuerdo
con las estimaciones del FMI de noviembre, estas
economías –en su conjunto– decrecerían 0,25 por
ciento en 2009, lo que constituye la primera contracción desde la post guerra. A nivel de países,
esta caída sería prácticamente generalizada. Estados
Unidos, Alemania y Japón –las tres mayores economías desarrolladas– no presentaban, en forma
simultánea, una caída en su producto desde la crisis
del petróleo de los años setenta.
En Estados Unidos, la caída en el precio de las
viviendas –producto de la corrección de la burbuja
inmobiliaria- inició un ajuste en la economía. A ello
se sumó la elevación de las tasas de interés por parte
de la Reserva Federal (FED) y la renegociación de los
préstamos hipotecarios, que elevaron la carga de los
créditos y, de este modo, redujeron el ingreso disponible de las familias que, además, estaban afectadas
por la pérdida de valor de su vivienda. Ello llevó a
un menor dinamismo en el consumo (que mostró
tasas decrecientes desde mediados de 2007) y a una
contracción en la inversión residencial (cuya contribución al PBI venía siendo negativa desde 2006).
Aunque esta corrección era previsible, el impacto
que tuvo sobre los mercados financieros y la crisis
que de ello se derivó excedieron largamente los
pronósticos iniciales de una desaceleración moderada. Con la caída en el precio de las viviendas y el
incremento de la morosidad se inició una pérdida
de valor de los títulos vinculados a las hipotecas
subprime que, rápidamente, se extendió al resto de
mercados financieros, lo que terminó en una crisis
financiera que agravó significativamente el ajuste
inicial (Ver artículo “De la corrección inmobiliaria a
la crisis financiera”).
El consenso actual es que el ajuste de Estados Unidos
continuará en los próximos trimestres. El consumo,
principal componente de la demanda que representa
alrededor del 70 por ciento del producto, se verá afectado simultáneamente por el deterioro en el mercado
laboral1, por un alto grado de endeudamiento y por
la pérdida de riqueza (el 70 por ciento del patrimonio
de las familias está compuesto por acciones y por
inmuebles cuyos precios seguirían corrigiéndose). La
inversión, por su parte, se ve afectado por la caída de
la demanda, la pérdida patrimonial y el deterioro en
las condiciones crediticias.
Se espera, por lo tanto, un ajuste para los próximos trimestres, aunque no existe consenso sobre su
duración y su magnitud. Hace un año, se pensaba
que la recesión, de darse, sería una “V”; es decir que
la economía se deslizaría hacia un bache recesivo y
saldría de él rápidamente. Hoy en día se habla de una
“U”, que implica una caída más brusca y una recesión algo más prolongada, de la cual se terminaría
por salir en un plazo aproximado de tres trimestres.
Las versiones más pesimistas hablan de una “L”, es
decir, de una caída brusca y de un estancamiento por
tiempo indefinido2.
¿De qué depende que alguno de esos escenarios se
concrete?. En primer lugar, de cómo evolucionen los
mercados financieros. Los mercados interbancarios se
vienen normalizando, pero aún falta que mejoren las
condiciones crediticias que enfrentan consumidores e
inversionistas. Es probable que las bajas tasas de interés tengan un impacto sólo moderado en el gasto de
consumo (dado los altos niveles de endeudamiento de
las familias), aunque sí podría ser más relevante para
evitar un deterioro adicional en el sector corporativo.
no puedo resumirlo a mis palabras esque así ya está ;-;