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Respuesta:
América Latina es un continente que se caracteriza por su diversidad cultural: pueblos indígenas,
afroamericanos, mestizos, blancos y variedad de
poblaciones llegadas de otras latitudes, integradas
en el continente y oriundas de éste conforman la
región desde hace más de cinco siglos; pero también
diversidades sexuales, religiosas, étnicas, de clase,
entre muchas, forman parte del entramado cultural
llamado América Latina.
Esta característica, que enriquece al continente,
se ha hecho más visible en las últimas décadas, producto tanto de las diferentes manifestaciones realizadas por las comunidades indígenas, afroamericanas,
entre otras, que han mostrado su inconformidad
por la falta de reconocimiento cultural y social de los
estados de los cuales forman parte, como producto
de la movilidad social y cultural que el mundo vive
no sólo en términos físicos sino de la rapidez en la
comunicación que ha facilitado el acercamiento entre las culturas y las que no habían establecido contacto, se encontraran y, en muchos casos, entraran
en conflicto. Esta, que es una de las características de
nuestro continente, también es uno de los rasgos actuales de la sociedad globalizada, vivimos en medio
de una multiplicidad de culturas e identidades que
se reconocen, valoran e intercambian; ya no vivimos
en aldeas separadas unas de otras, sino que precisamente el mundo es global y todos formamos parte
de él, de sus flujos, redes, intercambios, etc.
Es decir, el contexto actual de globalización,
como de movilización de las organizaciones sociales,
hizo más visible la diversidad cultural que ha integrado el continente. Sin embargo, esta diversidad
cultural también se ha evidenciado por medio de
las constantes tensiones entre las poblaciones que
lo conforman; las relaciones de poder que se establecen entre diferentes grupos sociales y culturales; las luchas por afirmarse en el territorio; las
mezclas culturales; los desencuentros; los distanciamientos entre diferentes culturas; las formas de
representarse los unos a los otros; las imposiciones,
entre otras situaciones que constituyen y han configurado la historia del continente americano.
Desde este contexto, se podría pensar que
hablar de multiculturalismo cobra sentido, la sociedad es un mundo plural y diverso en el que se
reconfiguran las identidades, se viven identidades
cambiantes que se tocan con otras y se recrean. Sin
embargo, esta idea multiculturalista, entendida
como la coexistencia de diferentes culturas en un
espacio determinado y en la cual todos pueden vivir en relaciones de tolerancia, desconoce las opciones de múltiples comunidades indígenas, que
sienten que su identidad se encuentra en peligro al
ser ellos quienes deben recrear y reconfigurar sus
identidades desde la propuesta cultural de sus estados y del mundo global en general.
La tensión globalidad y comunidad es una
constante en la que se encuentra el mundo y
América Latina en particular, pues, por un lado,
existen comunidades que reclaman su derecho
a la diferencia y, por otro, un mundo global que
intercambia significados y de alguna forma homogeneiza las relaciones. Así, los reclamos por la
cultura, la identidad y la autonomía no se hacen
esperar, las organizaciones se movilizan; los conflictos se agudizan; la legislación se queda corta y
la discriminación continúa.
La diferencia cultural, la globalización, la identidad, la movilidad, los reclamos de los pueblos
étnicos han dejado ver que el mundo se encuentra en un momento de tensión cultural. Situación
que ha llevado a hacer interrogantes, afirmaciones
y cuestionamientos como las que hace Rodolfo
Stavenhagen (2000, p. 325): ¿es posible la nación
multicultural?; Gilberto Giménez (2000, p. 49) afirma que la mayoría de estados son plurinacionales,
multiétnicos y plurilingüísticos y León Olivé (2004,
p. 139) se cuestiona lo siguiente: ¿es posible un mundo globalizado y plural proponer un conjunto de normas y valores que podrían ser compartidos por seres
humanos con moralidades diferentes? Cuestiones
que dejan en el ambiente un dilema: ¿cómo vivir
en un mundo global sin perder el derecho a ser
diferentes? En la actualidad, existen preguntas difíciles de contestar, respuestas que tal vez son criticables, afirmaciones sesgadas. Pero, en general,
todo ello refleja las preocupaciones por entender el
mundo actual; la urgencia por pensar la movilidad
que éste vive y la necesidad de tener marcos referenciales de cómo abordarlo.
Este artículo, precisamente, trata de abordar
estas tensiones, que resultan ser cuestiones irresueltas, pero no con el ánimo de dar las respuestas,
sino, por el contrario, de entender de manera contextual los cuestionamientos en los que se encuentra el debate de los pueblos indígenas en medio del
mundo global. Para ello, se tratan de abordar diferentes
tensiones: la identidad y la globalización; las políticas internacionales para poblaciones indígenas y
los reclamos de las organizaciones indígenas en el
contexto global.
Explicación: