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Aqui te dejo algunas
1. Hadas darwinistas
En 1913, el clérigo inglés Charles Webster Leadbeater (1854 y 1934) publicó un libro llamado "El lado secreto de las cosas", con el que trató de crear un nuevo árbol evolutivo… para hadas.
Y una vez que llegaban a ese punto, observarlas era muy agradable. Según el clérigo, las razas tenían distintos colores, lo que diferenciaba las tribus, así como las plumas de las especies de pájaros no eran iguales.Pero como las hadas no existen, Leadbeater no pudo probar su teoría.
2. Medicina nazi
El doctor Sigmund Rascher realizó algunos de los experimentos más horribles durante la era nazi en el campo de concentración de Dachau, en el sur de Alemania.
Uno de los que realizaba con más frecuencia tenía que ver con el frío extremo. Quería saber cuál era la mejor manera de tratar a los pilotos que habían tenido que escapar de su avión en paracaídas en el mar del Norte. Estas pruebas también le servían para simular las condiciones climáticas con las que tenían que lidiar los soldados alemanes en el frente de guerra.
Así que en invierno obligaba a los prisioneros a pararse en el exterior durante 14 horas o los forzaba a meterse en un tanque de agua helada. Cuando perdían la conciencia trataba de revivirlos con baños de agua caliente.
Sin embargo, Heinrich Himmler, uno de los oficiales nazi de más alto rango, tenía una teoría distinta. Aseguraba que las esposas de los pescadores del mar del Norte revivían a sus maridos, cuando en un accidente terminaban en el mar, con el calor corporal.
Para comprobar la hipótesis de Himmler, mujeres gitanas fueron enviadas a Dachau a solicitud de Rascher. El médico las obligó a desnudarse y a acostarse con las víctimas de hipotermia.
Concluyeron que lo más efectivo eran los baños de agua caliente.
3. La sal milagrosa
El homeópata estadounidense Charles Wentworth Littlefield aseguraba haber descubierto el secreto de la vida.
Cuando atendía a pacientes que habían sufrido alguna cortadura, oraba para curarlos.
Un día tomo una muestra de sales orgánicas que ayudan a que la sangre se coagule y empezó a rezar pensando en un pollo.
Cuando analizó la muestra bajo un microscopio, se sorprendió al ver que la formación de los cristales de la sal era igualita al pollo en el que había estado pensando.
Asumiendo que tenía poderes telepáticos, Littlefield publicó un libro en el que aseguraba que al fijar sus pensamientos en pequeños montones de sal había logrado reproducir con los cristales la silueta del Tío Sam (la característica ilustración de un hombre vestido con los colores de la bandera de Estados Unidos que se usaba para reclutar soldados).
Según el homeópata, las sales también se transformaban en animales minúsculos como cangrejos y peces. Incluso en humanos de tamaño miniatura.
La mayoría de las especies no estaban vivas, a excepción de una raza microscópica de pulpos que, según Littlefield, eran el origen de la vida en la Tierra.
4. Las manzanas también tienen sentimientos
Contrario a lo que él creía, el novelista sueco August Strindberg, quien vivió entre 1849 y 1912, no era un científico.
Según una de sus teorías, las plantas tenían un sistema nervioso. Para comprobarlo se llevaba jeringas a sus caminatas matutinas y le inyectaba morfina a las plantas con las que se tropezaba para determinar si exhibían los efectos del consumo de drogas.
Un día, un policía lo descubrió introduciéndole la aguja a una manzana y lo arrestó. Fue puesto en libertad cuando explicó el experimento que estaba realizando. El funcionario se dio cuenta de que Strindberg era un excéntrico inofensivo y no un siniestro envenenador de frutas.
Manzanas
5. Jesús estuvo casado y tuvo hijos
Según esta teoría, alimentada por productos editoriales de gran éxito como El código Da Vinci, de Dan Brown, Jesús habría estado casado con una mujer –posiblemente María Magdalena– y habría tenido varios hijos que, lógicamente, serían nietos de Dios. Ni que decir tiene que esto del matrimonio de Jesús y su descendencia casa fatal con la doctrina católica.
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