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Todo comienza cuando aspiras el aire, dentro de las fosas nasales hay una gran cantidad de vellosidades que no permiten la entrada directa del aire hacia los pulmones, mientras el aire pasa a través de ellos las partículas se friccionan provocando que se calienten para que no llegue aire frío al resto del sistema respiratorio. Luego cuando el aire llega desde los pulmones hasta los bronquios y luego los bronquiolos hay un intercambio de gases en el cual entra oxígeno y sale dióxido de carbono, además de que también hay una estabilización de la temperatura en el aire pues dentro del cuerpo la temperatura es la misma siempre, después del intercambio gaseoso el aire cargado de dióxido de carbono es expulsado del cuerpo por la nariz, por lo que las partículas (que ya se encuentran a una temperatura mayor que el aire en el exterior) vuelven a friccionarse contra las vellosidades de la nariz por lo que no importa cuán frío sea el aire que respires, éste siempre saldrá caliente de tu cuerpo. Este es un sistema de defensa para que el aire frío no afecte al sistema respiratorio que se encuentra a una temperatura determinada.
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