la división de tareas existe en la industria actual?

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Respuesta dada por: dianamagdalenarodri
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Respuesta:

El análisis que Karl Marx realiza a partir de los Grundisse y sobre

todo en El Capital está dirigido a desentrañar los mecanismos de

funcionamiento de la economía capitalista y, por tanto, los aspectos más

directamente ligados a la organización del proceso productivo y a las

relaciones sociales que en este se establecen. No nos detendremos

demasiado en el estudio minucioso que lleva a cabo para situar la

evolución histórica de la división del trabajo, desde la cooperación simple

a la fábrica automática, mediante el cual se transfiere progresivamente

a la herramienta las habilidades que antes estaban en manos del

trabajador.

La aportación de Marx en estos primeros estadios del debate sobre la

tecnología es trascendental para entender las discusiones posteriores.

Marx da un giro a los argumentos expuestos en el punto anterior y

procede a una profundización sobre los efectos de las técnicas aplicadas

al proceso de trabajo. Parte, como Smith, de la subdivisión de tareas y

la introducción de maquinaria automática especializada, pero se plan-

tea que una vez descompuesta una tarea es posible fabricar un autómata

que realice un movimiento dado. En ese momento, y gracias a la

tecnología, se ponen en marcha una serie de efectos mediante los cuales

se incrementa el control capitalista sobre la producción y los trabajado-

res pasan a tener una participación cada vez más superflua en el trabajo.

La célebre visión de Marx del trabajador como apéndice de la máquina

se expresa en esta sugerente cita: «En la manufactura y el artesanado

el trabajador se sirve de la herramienta; en la fábrica, sirve a la

máquina. Allí parte de él el movimiento del medio de trabajo; aquí, es él

quien tiene que seguir el movimiento de éste. En la manufactura los

obreros son miembros de un mecanismo vivo. En la fábrica existe un

mecanismo inanimado independiente de ellos, al que son incorporados

como apéndices vivientes». (Marx, 1979; El Capital, Libro I, p. 279).

Junto a estas observaciones sobre la naturaleza y los efectos de la

tecnología, Marx aporta algunos elementos acerca de cómo se produce en

la práctica el control del proceso de trabajo por parte del capitalista.

Partiendo de su teoría de la plusvalía y de la relación, por tanto, entre

trabajo necesario y trabajo excedente, define el proceso de subsunción o

subordinación del trabajo al capital, es decir, los modos en que se ha

expresado el dominio capitalista sobre la fuerza de trabajo con el objetivo

de incrementar la cuota de plusvalor. En un primer momento, se

produce la subsunción formal o forma simple de explotación capitalista

del trabajo: la extracción de plusvalía absoluta. El control del proceso de

trabajo no es total; el capitalista se apropia de la fuerza de trabajo y del

producto final a cambio de aportar los medios de subsistencia al

trabajador, pero este se encuentra aún en una relación de exterioridad

respecto al proceso de producción, no está completamente inscrito en él.

En este contexto, las modificaciones de mayor importancia que el

capitalista incorpora respecto a las anteriores formas de producción son:

- por un lado, que el proceso de trabajo, aún permaneciendo

cualitativamente idéntico, está más fraccionado y se hace más largo, y

por lo tanto genera un trabajo excedente mayor del que se hubiera dado

en otra circunstancia;

- por otro lado, el productor directo es paulatinamente separado de los

medios de producción enajenándosele el producto que el mismo ha

producido;

- por último, el fundamento de la subordinación deriva del «contenido

determinado» de la relación de intercambio entre capital y trabajo, es

decir, del control exclusivo de las condicionesde trabajo por parte del

capitalista».

Este último aspecto del control de las condiciones de trabajo es el que

caracteriza mejor las formas que adopta la subsunción formal: supervi-

sión y vigilancia de la intensidad del trabajo y, por otra parte, prolonga-

ción de la jornada. Sin embargo, estas dos formas tienen unos límites que

obstaculizan el proceso de valorización capitalista. La supervisión es

cara ya que requiere un número elevado de vigilantes para controlar a

los trabajadores y la prolongación de la jornada tiene evidentes límites

materiales, no puede ser alargada sin tensiones insostenibles.

Explicación:

Estos

límites, unidos al relativo control técnico -destrezas y conocimientos-

que el trabajador todavía conserva en estas primeras etapas del capita-

lismo, presionan para que se operen cambios que liberen de las trabas

comentadas a la producción de plusvalor

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