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m
Explicación:
e
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es esta 100 por 100
Explicación:
Eco era una joven ninfa de los bosques, parlanchina y alegre. Con su
charla incesante entretenía a Hera, esposa de Zeus, y estos eran
los momentos que el padre de los dioses griegos aprovechaba para
mantener sus relaciones extraconyugales. Hera, furiosa cuando
supo esto, condenó a Eco a no poder hablar sino solamente
repetir el final de las frases que escuchara, y ella,
avergonzada, abandonó los bosques que solía frecuentar,
recluyéndose en una cueva cercana a un riachuelo.
Por su parte, Narciso era un muchacho precioso, hijo de la ninfa Liríope.
Cuando él nació, el adivino Tiresias predijo que si se veía su imagen en un
espejo sería su perdición, y así su madre evitó siempre espejos y demás
objetos en los que pudiera verse reflejado. Narciso creció así hermosísimo
sin ser consciente de ello, y haciendo caso omiso a las muchachas que
ansiaban que se fijara en ellas.
Tal vez porque de alguna manera Narciso se estaba adelantando a su
destino, siempre parecía estar ensimismado en sus propios pensamientos,
como ajeno a cuanto le rodeaba. Daba largos paseos sumido en sus
cavilaciones, y uno de esos paseos le llevó a las inmediaciones de la cueva
donde Eco moraba. Nuestra ninfa le miró embelesada y quedó prendada de
él, pero no reunió el valor suficiente para acercarse.
Narciso encontró agradable la ruta que había seguido ese día y la repitió
muchos más. Eco le esperaba y le seguía en su paseo, siempre a distancia,
temerosa de ser vista, hasta que un día, un ruido que hizo al pisar una
ramita puso a Narciso sobre aviso de su presencia, descubriéndola cuando
en vez de seguir andando tras doblar un recodo en el camino quedó
esperándola. Eco palideció al ser descubierta, y luego enrojeció cuando
Narciso se dirigió a ella.