• Asignatura: Historia
  • Autor: micaelablackpink
  • hace 2 años

conoces el mito histórico del mitología a Los que Héroes estén caracterizado como el Héroe tipo​

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Respuesta dada por: legoshi981
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Han pasado tres años desde que Diana Guaime quiso comer diferente. En un terreno baldío, del barrio Punzara, en la provincia de Loja, decidió comenzar con su propio huerto. La idea surgió en un viaje de trabajo. “He tenido la oportunidad de llegar a casas de productores y cuando me brindaban algo de comer lo sacaban de su huerto. Así que me dije: “por qué no tener yo mi propio huerto”.  Desde ese momento, Diana Guaime cuenta el ahorro que le ha generado alimentarse con productos más sanos que ella misma cosecha. Además, no le ha faltado comida cuando iniciaron las restricciones durante la pandemia del covid- 19.  

Comenzar con un huerto es un proceso de ensayo y error. Pero sobre todo de planificación. Debemos saber dónde, qué y para qué vamos a sembrar. El ecólogo Andrés Baquero, quien tiene su propio huerto, recomienda empezar con plantas como el cedrón, la hierba luisa y la manzanilla en macetas. Baquero explica que es importante preguntarse cuánto sol hay en el lugar que están, si el lugar está cubierto, si hay lluvia y si hay agua. Las respuestas a esas preguntas nos permitirán saber si la planta que queremos sembrar es la adecuada.  

Cuando Diana Guaime comenzó a sembrar escogió hortalizas y verduras de sencillo cuidado: lechuga, col, rábanos y otras que crecen fácil y rápido. Cuando vio los primeros resultados se aventuró a algunas plantas con propiedades medicinales y especias. Así fue creciendo su huerto. “Ahora lo que estoy poniendo son frutales, como el guineo, limón, aguacates”, dice. Cada plantita, fruta y verdura nueva ha sido un paso más para que Diana Guaime tenga más comida, ahorre más y disfrute de una actividad al aire libre.

Diana Guaime y Andrés Baquero coinciden en que tener su propio huerto cobró más importancia durante la pandemia. Tener alimentos en casa les permitió no salir a la calle y asegurar su provisión de comida durante el confinamiento obligatorio que vivimos. “Si nos encierran en la casa y no tenemos nada de comer, nos fregamos. Pero si tenemos aunque sea una plantita en el jardín, vamos a tener algo que comer sin tener que salir”, dice Baquero. Eso les permitió que, a diferencia de muchas otras personas, especialmente jóvenes, su dieta durante la cuarentena no se vea afectada: según una encuesta del proyecto U-Report de Unicef casi la mitad de los jóvenes que respondieron han encontrado dificultades para seguir comiendo frutas y verduras. Esto ha hecho que consuman comida chatarra y carbohidratos en exceso.

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