Respuestas
El sector de la energía en España supone aproximadamente un 2,5 % del PIB del país,2 pero su importancia va más allá de su participación en la producción total, puesto que es un sector estratégico del que necesitan todas las ramas de la actividad económica, y ésta es necesaria para cualquier clase de producción de bienes y servicios. Precisamente uno de los elementos que ha limitado el desarrollo económico de España ha sido la pobreza de recursos energéticos,3 en concreto la carencia de hidrocarburos líquidos y gaseosos y la mala calidad y carestía del carbón existente. La escasez de recursos ha condenado tradicionalmente al sistema energético nacional a una situación de déficit y dependencia exterior.3 El grado de autoabastecimiento exterior se sitúa en las dos últimas décadas entre el 20 y el 25 %, en 2010 fue del 26,1 %.1
La energía primaria consumida es principalmente de origen fósil: petróleo (casi la mitad), gas natural (25 %) y nuclear y renovables alrededor del 10 % cada una. En cuanto a la energía producida en el país la principal fuente de energía útil son las renovables, que superan el 12 % de la energía útil consumida total, seguida por la nuclear con el 4,5 %.n. 1 1
La autonomía energética está íntimamente vinculada a la inversión en el sector y depende de la capacidad para proveer, no solo el abasto del servicio, considerando el consumo bruto, sino además la distribución en condiciones de rentabilidad económica.
Casi ningún país del mundo es, podría decir, autónomo en la generación de toda la energía que consume, pues siempre habrá un déficit que se compense con el comercio de combustibles y electricidad a precios internacionales.
En España, la producción está limitada a la generación termoeléctrica, siendo también muy importante la generación nuclear y en menor medida la generación limpia, siendo la más importante la eólica.
Las deficiencias en inversión y generación obligan al país a comprar los déficit a países vecinos con superávit.