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es, fusiles, ametralladoras, pólvora sin humo, buques acorazados, etc., con los que las grandes potencias habían logrado someter unos 23 millones de km2 de territorio no europeo, la quinta parte de la tierra firme del planeta. En unas pocas décadas se habían repartido casi la totalidad de África en una veloz carrera colonial. Las únicas zonas que permanecían independientes eran el reino de Marruecos (donde el sultán Abd al-Aziz cumplía los 22 años y puso fin a la regencia del gran visir Ba-Áhmed), el Sahara Occidental (en el que Francia se había abstenido de intervenir reconociendo a España sus derechos sobre el territorio, a pesar de que su presencia en él era casi nula), la república de Liberia y Etiopía, que bajo el reinado del emperador Menelik II había puesto freno al avance italiano en Eritrea y Somalia y se había convertido en un aliado clave de los británicos contra los mahdistas sudaneses. Menelik II había dirigido un proceso de expansión para dominar el máximo territorio posible antes de que fuera ocupado por otras potencias europeas, y había logrado abarcar la región que se muestra en el mapa, en gran medida gracias a las dotes militares de su primo, el ras Mekonnen. Por otra parte, Libia permanecía nominalmente bajo soberanía otomana, sin que sus desiertos interesaran en gran medida a ninguna potencia europea.
Francia poseía la mayor extensión de colonias en África, pero sus dominios eran en gran parte desérticos, y sólo la Nigeria británica contaba con más población que toda el África Occidental Francesa. La región del Chad, que en el mapa aparece de color azul, todavía no estaba definitivamente en manos francesas. La mayor fuerza que se le oponía era la del reino de Kanem-Bornu, que hacía siete años había caído en manos de un señor de la guerra sudanés llamado Rabih az Zubayr ibn Fadi Allah, más brevemente conocido como Rabah. Tras haber servido en el ejército egipcio, se había dedicado al tráfico de esclavos y, habiendo derrocado a algunos jefes locales, había conquistado el decadente y centenario reino de Kanem-Bornu, al que logró dar un último impulso. Cada año hacía incursiones a las poblaciones vecinas para saquearlas y tomar esclavos que luego vendía. Ahora disponía de unos 10.000 hombres armados con fusiles, la mayor parte de ellos algo anticuados. El año anterior había tenido el primer encuentro con los franceses, en el que una expedición francesa había sido derrotada y Rabah se había apoderado de sus cañones.
Egipto había quedado bajo protectorado británico debido a una crisis financiera. El gobernador Abbas II (en teoría vasallo del Imperio Otomano) se había rodeado de consejeros europeos que lo animaban a oponerse a la ocupación británica, pero finalmente los británicos lo habían obligado a cooperar y había dejado de oponerse en público, si bien estaba financiando un movimiento nacionalista dirigido por Mustafá Kamil. Con la reciente conquista del Sudán, Gran Bretaña había logrado conectar Egipto con el África Oriental Británica, pero Alemania se las había arreglado para cortarle el paso e impedirle realizar el sueño de Cecil Rhodes, que había planeado unir África de Norte a Sur. El color rojo del extremo sur del mapa tampoco se corresponde a la situación exacta a principios de año, pues la República Sudafricana y el Estado Libre de Orange (es decir, los Estados bóers) seguían resistiéndose a los británicos y todavía seguía su curso la segunda guerra bóer, pero faltaba poco para su incorporación al Imperio Británico.
Otra zona roja del mapa donde Gran Bretaña tenía serios problemas para ejercer su dominio era la Somalia Británica. El año anterior había estallado una revolución dirigida por un líder religioso radical llamado Mohammed Abdullah Hassan, al que los británicos llamaban "el mulá loco". Mohammad había solicitado la ayuda de un jefe tribal, Garaad Cali Garaad Maxamuud, que le contestó con una negativa aduciendo que los líderes religiosos debían ocuparse únicamente de los asuntos religiosos. Cali pidió ayuda a otros jefes tribales, así como a los británicos, en contra de los fanáticos seguidores del mulá, y cuando Mohammed se enteró envió dos hombres que mataron a Cali. Esto no gustó a sus seguidores y a principios de año se vio obligado a retirarse, pero la revuelta contra los británicos continuó.
Ese año Gran Bretaña constituyó el Protectorado del Norte de Nigeria para detener el avance francés, bajo la dirección de Frederick Lugard, que dedicó grandes esfuerzos en abolir la esclavitud en la región.
Alemania había llegado tarde al reparto de África. Bismark no lo había considerado rentable, y sólo al final de su mandato se había visto obligado a dedicarle algo más de atención porque la opinión pública así lo reclamaba. Además de los intereses políticos y económicos, debajo del imperialismo europeo había una fuerte componente nacionalista, lo que en Francitas de ps. En teoría,