Escriba una carta dirigida al grupo de séptimo grado cuyo propósito es dar a conocer los
efectos de la globalización.

Respuestas

Respuesta dada por: PSF091625
2

Respuesta:

La globalización abre las puertas al comercio libre entre las naciones, lo que permite un mayor y mejor acceso a mercados que antes estaban cerrados.   Además, estos mayores ingresos hacen que las empresas puedan invertir en tecnología y, así, competir mejor en los mercados locales e internacionales, generando empleo, y disminuyendo la pobreza, ya que la gente puede comprar productos de mejor calidad por un menor precio

Explicación:


sachariel2010: buena
PSF091625: Te di lo que genera y la explicacion de globalización, cosa que es buena la globalización, arma la carta ahora, son palabra sencillas, saludos bro, espero haberte ayudado
Respuesta dada por: caicedoleonardo085
0

Respuesta:

TE I: VISIÓN GLOBAL

20

Al igual que en el caso del comercio, las transacciones financieras internacionales se

iniciaron en Europa junto con los orígenes mismos del capitalismo moderno (Kindleberger, 1984;

Braudel, 1994). En el siglo XIX, Londres era el principal centro financiero internacional y bajo su

hegemonía se consolidó el patrón oro como sistema de pagos internacionales y de regulación

macroeconómica. París fue su competidor más cercano y, a comienzos del siglo XX, se sumó

Nueva York. La suscripción de capital para grandes proyectos, especialmente de infraestructura y

recursos naturales fueron, junto con la creación de un mercado internacional de bonos de deuda

pública, las modalidades dominantes de los movimientos internacionales de capitales de largo plazo

en la primera fase de la globalización. A ellas se sumó el financiamiento del comercio internacional,

en torno al cual surgió una incipiente red bancaria internacional. Las modalidades de financiamiento

de largo plazo estuvieron expuestas a crisis recurrentes y prácticamente desaparecieron como

consecuencia de la depresión mundial de los años treinta, y el colapso del patrón oro y las

moratorias masivas que la acompañaron. Los acuerdos de Bretton Woods, adoptados en 1944 con el

fin de crear un sistema multilateral de regulación macroeconómica, basado en tipos de cambio fijos

pero reajustables y la prestación de apoyo financiero a los países que enfrentaban crisis de la

balanza de pagos, así como la aparición de la banca oficial de financiamiento internacional, tanto

nacional (bancos de exportación e importación) como multilateral (Banco Mundial y,

posteriormente, el Banco Interamericano de Desarrollo y otros bancos regionales), fueron las

respuestas a esta situación.

A su vez, la reaparición del financiamiento privado internacional de largo plazo a partir de la

década de 1960 fue producto de la nueva fase de estabilidad económica mundial, pero también de

una sucesión de factores: el excedente de dólares acumulado en ese decenio y de petrodólares en el

siguiente; el abandono del esquema de paridades fijas de Bretton Woods y la flotación de las

principales monedas a comienzos de los años setenta; el desarrollo acelerado del ahorro

institucional en la década de 1980, encabezado por Estados Unidos y el Reino Unido, y el

nacimiento de un mercado cada vez más amplio de derivados financieros en el último decenio del

siglo XX, que permitió subdividir los riesgos de los distintos activos y pasivos financieros.

La globalización financiera ha sido más rápida que la comercial y productiva, y se puede

argumentar, con razón, que vivimos en una era de hegemonía de lo financiero sobre lo real

(CEPAL, 2001a). Ambos procesos tienen como telón de fondo un profundo reordenamiento

institucional a nivel mundial, cuyo elemento esencial ha sido la liberalización de las transacciones

económicas internacionales, corrientes y de capital. Sin embargo, el diseño de nuevas reglas

económicas globales sigue siendo insuficiente y muestra claros vacíos institucionales.

En cambio, no ha habido una liberalización paralela de los flujos de mano de obra, que son

objeto de una estricta regulación por parte de las autoridades nacionales (salvo entre los países

miembros de la Unión Europea). Ésta es una de las grandes diferencias entre la primera y la actual

fase de la globalización. La primera estuvo acompañada por dos grandes flujos de migración: de

mano de obra europea hacia zonas templadas y de mano de obra, asiática en su mayor parte, hacia

zonas tropicales. En conjunto estas corrientes migratorias abarcaron a cerca del 10% de la población

mundial de entonces (Banco Mundial, 2002a).

A esto se suma el sesgo de la regulación de los flujos migratorios contra la mano de obra no

calificada que, en consecuencia, tiende a movilizarse por canales irregulares. Este hecho expone a

los inmigrantes al abuso de los traficantes de trabajadores, acentúa su indefensión ante las

autoridades y genera otra presión a la baja de la remuneración del trabajo menos calificado en los

países receptores. Estas modalidades de regulación de las migraciones absorben los recursos

humanos más calificados, y relativamente escasos, de los países en desarrollo. Por lo tanto, la

segmentación de la movilidad laboral está contribuyendo a acentuar las disparidades de ingreso por

nivel de calificación, tanto en los países receptores como en los de origen.

Explicación:

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