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Pablo nos enseña que los dones y ciertas virtudes son temporales, pero que lo que nunca deja de ser es el amor. El amor es ese sentimiento que mueve al mundo y aunque exista una guerra contra el odio, el amor siempre vencerá. Así como venció Jesús todas las vicisitudes, las derribó por amor. Porque cuando estemos con Jesús ya se acabará la fe y la esperanza, porque la fe y la esperanza es para usarla y tenerla ahora, que solo sentimos la presencia de Dios, la fe de que él volvera y la esperanza de que estaremos con él como lo prometió, pero despues ellas no harán falta porque ya estaremos presente con él, y ya se habrá realizado la fe y la esperanza, pero el amor seguirá allí, en la eternidad y nos seguiremos amando eternamente.
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