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MEDIO AMBIENTEEn 2020 el rendimiento de cosechas en algunos países puede disminuir un 50%
África, un continente muy vulnerable al cambio climático
El mayor desafío será hacer frente a las sequías prolongadas y a temperaturas elevadas
Ruanda, un país de referencia al ser el único que ha prohibido el uso de bolsas de plástico
El mayor desafío que tiene el continente africano será hacer frente...El mayor desafío que tiene el continente africano será hacer frente a las sequías JAKE WALL
CAROLINA VALDEHÍTAKigaliActualizado:10/08/2015 04:54 horas
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África necesita una estrategia para hacer frente a las consecuencias del cambio climático. El continente africano es particularmente vulnerable a los efectos del calentamiento global y a las variaciones de clima debido a múltiples factores adversos en los que el hombre también es parte implicada.
Los residuos, los niveles de polución ocasionados por los diversos medios de transportes y la llegada de fábricas son algunos de los principales problemas. También la pobreza endémica, la debilidad de las instituciones y los conflictos armados son señalados por Naciones Unidas como principales males causados por el ser humano en el continente.
Pero sin duda, el mayor desafío que el continente tiene por delante será hacer frente a las sequías, las inundaciones y las variaciones en las épocas de lluvia para garantizar la alimentación para sus ciudadanos. El Presidente del Banco Mundial (BM), Jum Yong Kim, vaticinó hace dos años un futuro poco alentador para la tierra: "Si la temperatura de la Tierra aumenta en 2°C -lo que puede ocurrir en 20 o 30 años- ese fenómeno causará situaciones generalizadas de escasez de alimentos, olas de calor sin precedentes y ciclones más intensos". Consecuencias que serán aún más graves en las zonas más pobres de Asia y África.
"Tenemos que soñar con un futuro en el que los niños de África no tengan que hipotecar sus vidas por las pérdidas ambientales, donde también tengan puestos de trabajo duraderos con sectores agrícolas transformados en industrias fuertes que puedan alimentar a una población joven confiada, emprendedora, ingeniosa e innovadora". Estas palabras pertenecen al discurso que Fatima Denton, directora de la división especial de la Comunidad Económica Africana (CEA) llamada ClimDev, dijo durante una cumbre sobre medio ambiente en Lima.
Muy conscientes de los efectos acumulativos del impacto del cambio climático, ClimDev se desarrolló con el propósito de llegar a un entendimiento entre los 54 países africanos para desarrollar políticas específicas y acertadas en cada contexto para poder preservar el medio ambiente. Sin embargo, Denton critica la ausencia de programas eficaces y sólidos enfocados a la reducción del riesgo de desastres.
Sequía y cambio de temperatura
Desde 1970, las sequías se han intensificado en algunos puntos del continente y las zonas del Sahel y el África meridional se han desertificado. La sequía provoca que la agricultura y ganadería sean prácticamente imposibles, lo que a su vez genera hambrunas generalizadas y migraciones en masa con el fin de encontrar un territorio más amable.
También las fuentes de agua potable desaparecen con la sequía, lo cual hace la vida de muchas personas prácticamente imposible, más aún si carecen de ingresos para comprar bidones de agua. A causa de las sequías, Naciones Unidas se atreve a vaticinar que en el año 2020 el rendimiento de las cosechas en algunos países puede disminuir hasta un 50% y algunas grandes regiones se verán obligadas a dejar de producir.
En África meridional, los ecosistemas naturales así como los bosques y pastizales están cambiando, algunas veces a zonas más desérticas y hostiles. Según investigaciones del Banco Mundial (BM), un calentamiento de entre 1,5°C y 2°C, agravado con la sequía y la aridez, supondrá que los agricultores pierdan "entre el 40% y el 80% de las áreas de cultivo de maíz, mijo y sorgo en las décadas de 2030 y 2040".
El mismo estudio revela que en 2080 es probable que la temperatura global haya aumentado 4°C, lo que supondrá que las precipitaciones anuales lleguen a disminuir hasta un 30% en el África meridional y, por el contrario, aumenten en el África oriental. A consecuencia de esos cambios, Naciones Unidas cree que en dentro de 65 años es probable que se hayan aumentado entre un 5% y un 8% las tierras áridas y semiáridas.
El informe del BM explica en ese aspecto que "el aumento de los niveles de dióxido de carbono puede provocar cambios en los sistemas pastorales, por ejemplo una variación de los ecosistemas de sabanas en que las pasturas sean sustituidas por plantas leñosas, lo que podría reducir el forraje disponible para el ganado". Actualmente el 25% de las tierras africanas son sabanas, en 2060 las previsiones son de un 14%.