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Respuesta: no creo que nos haga más inteligente
Explicación paso a paso: la miel en estado natural tiene propiedades beneficiosas de alto interés, debidas en buena parte a la presencia en su composición de unos pocos minerales, de algunas enzimas que ayudan a la cicatrización de heridas, de algunas vitaminas y de antioxidantes. Ahora bien: ¿es recomendable como sustituto natural del azúcar en sus funciones edulcorantes cotidianas?
Miel: beneficios y recomendaciones
Es imposible llegar a saber si muchas de estas publicaciones han sido secretamente pagadas por empresas envasadoras y comercializadoras de miel, pero lo que es cierto es que la mayoría de ellas exageran las propiedades de este néctar fabricado por las abejas. La proporción de vitaminas de la miel -entre las que se encuentran la C o la B6- es bajísima, ya que se hallan en cantidades de 0,5 miligramos por cada 100 gramos. Y lo mismo ocurre con minerales como el magnesio, que solo contabiliza 2 miligramos por cada 100 gramos, con los antioxidantes, también en bajísima proporción, así como con enzimas como la glucosa oxidasa,
Pero lo cierto es que la miel es un 18% de agua y un 82% de azúcares, la mayor parte de ellos en formas libres. Es decir que glucosa y fructosa, que no es más que glucosa con una diferente estructura espacial, conforman en 69% de la miel. Por otro lado, la sacarosa y la maltosa, que alcanza un 7,5% del porcentaje del néctar, conforman casi el 9% de la miel. Ambos compuestos son disacáridos que al contacto con la saliva se dividen en sendas moléculas de glucosa y fructosa. Otros azúcares se suman a esta proporción hasta completar el 82% antes citado.
Por lo tanto es fácil deducir que la proporción de azúcar en la miel es muy elevada y, por lo tanto, aunque en dosificación pueda estar menos concentrada que en el blanquilla en polvo, no es en absoluto recomendable si queremos rebajar nuestro consumo de azúcar diario,
Respuesta:
no creo que eso nos haga inteligentes