“El eterno dilema: demasiado cansado para levantarme, demasiado despierto para volver a dormir”.
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Hola, Johnsonk7.
Claramente, nos encontramos ante un dilema de estancamiento. Básicamente, podemos inferir que la situación en la que nos encontramos no permite tomar una decisión clara a razón de que ninguna de las opciones presentada motiva o impulsa lo suficiente para tomarla como propia. Por ejemplo, es como si ambas decisiones representan un 50% de 100%.
Esto nos ocurre muchas veces en nuestra vida cotidiana, donde no sabemos o no encontramos la manera de sacar una decisión difícil adelante. En estas ocasiones, lo mejor es no tomar una decisión hasta que se tenga clara cual es la mejor, pero como no hay una razón para decidir cual es la adecuada, el mundo exterior genera cambios que inclinan de una otra forma la decisión correcta.
Por ejemplo, en el dilema que indicas, si bien ambas decisiones son igual de equilibradas, el hecho de que debes ir a trabajar te obliga a que tengas que levantarte.
Claramente, nos encontramos ante un dilema de estancamiento. Básicamente, podemos inferir que la situación en la que nos encontramos no permite tomar una decisión clara a razón de que ninguna de las opciones presentada motiva o impulsa lo suficiente para tomarla como propia. Por ejemplo, es como si ambas decisiones representan un 50% de 100%.
Esto nos ocurre muchas veces en nuestra vida cotidiana, donde no sabemos o no encontramos la manera de sacar una decisión difícil adelante. En estas ocasiones, lo mejor es no tomar una decisión hasta que se tenga clara cual es la mejor, pero como no hay una razón para decidir cual es la adecuada, el mundo exterior genera cambios que inclinan de una otra forma la decisión correcta.
Por ejemplo, en el dilema que indicas, si bien ambas decisiones son igual de equilibradas, el hecho de que debes ir a trabajar te obliga a que tengas que levantarte.
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