• Asignatura: Salud
  • Autor: macarenaalvares06
  • hace 2 años

¿Qué tipo de inmunodeficiencia provoca el VIH? ¿En qué consiste?

Respuestas

Respuesta dada por: torresmttm
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¿Qué es el virus de la inmunodeficiencia humana?

El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH, su sigla en inglés es HIV) provoca el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA, su sigla en inglés es AIDS), enfermedad que mata o altera las células del sistema inmune y destruye progresivamente la capacidad del cuerpo de luchar contra las infecciones y ciertos cánceres. El término SIDA se aplica a los estadios más avanzados de la infección por VIH.

¿Cómo se transmite el VIH?

Generalmente, el VIH se transmite a través del contacto sexual con una persona infectada. Otra forma de transmisión es el contacto con sangre infectada, en especial, al compartir agujas, jeringas o equipo para administración de drogas con una persona infectada con el virus. La mayoría de los bebés con VIH contraen la infección durante la gestación a través de la madre que padece el virus. Según los Institutos Nacionales de la Salud (Nacional Institutes of Health, su sigla en inglés es NIH), la transmisión vertical (de madre a hijo) del VIH durante el embarazo, el trabajo de parto, el parto o la lactancia es responsable casi todos los casos registrados de SIDA en los niños estadounidenses.

¿Cuáles son los síntomas del VIH?

El virus VIH puede ocasionar una enfermedad parecida a la gripa en el plazo de un mes o dos después de la exposición, aunque muchas personas no desarrollan ningún síntoma. Es posible que los bebés que nacen con el virus manifiesten síntomas persistentes o graves dentro de los dos primeros años de vida.

Los síntomas del VIH pueden parecerse a los de otros trastornos o problemas médicos. Siempre consulte al médico de su bebé para obtener un diagnóstico.

Los Institutos Nacionales de Medicina (National Institutes of Medicine), el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (American College of Obstetricians and Gynecologists), la Academia Estadounidense de Pediatría (American Academy of Pediatrics) y otras organizaciones de la salud recomiendan realizar una prueba de detección del virus a todas las embarazadas. El cuidado prenatal, que incluye terapia, pruebas y tratamiento para el VIH, tanto para las madres como para los bebés infectados, salva vidas y ahorra recursos. Las recomendaciones actuales para las madres VIH positivas incluyen tomar una serie de medicamentos durante el embarazo y el trabajo de parto. Asimismo, se practican análisis de sangre para verificar la concentración de virus. Los recién nacidos de madres VIH positivas también reciben medicamentos. Los estudios han encontrado que dandole a una madre medicamentos antirretrovirales durante el embarazo, trabajo de parto, y parto puede disminuir la probabilidad de transmisión del VIH al bebé a menos del 2 por ciento.

Es posible que se recomiende un parto por cesárea para las mujeres VIH positivas De este modo se puede reducir la transmisión del virus al bebé, especialmente cuando la madre recibe medicamentos. El VIH también se puede transmitir a través de la leche materna. Los estudios demostraron que la lactancia materna aumenta el riesgo de transmisión del VIH en alrededor del 14 por ciento. Actualmente, el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA) recomienda que las mujeres VIH positivas reciban asesoramiento de forma que puedan tomar una decisión informada para elegir el método de alimentación más seguro para sus hijos. Dado que la leche materna contiene el virus, las madres VIH positivas no deben amamantar a sus bebés.

Respuesta dada por: carlsprez6
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Es un lentivirus (un género de la familia retrovirus) que causa la infección por VIH.​ Se trata de un virus que, en promedio, en 10 años en países desarrollados o en cinco años en países con deficiente salud pública, provoca el desarrollo del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida),​ una enfermedad que progresa hacia el fallo del sistema inmune, lo que permite que se desarrollen infecciones oportunistas y cánceres potencialmente mortales, cuando los niveles de linfocitos T CD4+ están por debajo de 200 por mililitro. Sin tratamiento, se estima que la sobrevida promedio después de la infección de VIH es de nueve a once años, dependiendo del subtipo de VIH.​ La infección por VIH ocurre únicamente a través de los siguientes fluidos de las personas infectadas: sangre, semen, flujo vaginal, líquido preseminal y leche de lactancia. Dentro de estos fluidos corporales, el VIH está presente como partículas libres y como virus dentro de células inmunes infectadas.

El VIH infecta células vitales en el sistema inmune humano, como las células T helper (específicamente, células CD4+), macrófagos y células dendríticas). La infección por VIH puede llevar a niveles bajos de células T CD4+ a través de varios mecanismos, incluidos la piroptosis de células T infectadas inutilizadas, apoptosis de células no infectadas próximas,​ muerte viral directa de las células infectadas y muerte de las células T CD4+ por los linfocitos citotóxicos CD8 que reconocen a las células infectadas.​ Cuando el número de células T CD4+ disminuyen bajo un nivel crítico, se pierde la inmunidad celular y el organismo se vuelve progresivamente más susceptible a las infecciones oportunistas. La transmisión del virus puede prevenirse con el uso adecuado del preservativo al momento de tener relaciones sexuales.

El sida constituye la etapa crítica de la infección por VIH. En esta fase de la infección, el portador del VIH posee un sistema inmunológico que probablemente sea incapaz de reponer los linfocitos T CD4+ que pierde bajo el ataque del VIH y también ha visto reducida su capacidad citotóxica hacia el virus. Este fenómeno coincide con el aumento en las tasas de replicación del virus, que merma la capacidad de reacción del anfitrión ante otros agentes causantes de enfermedades. De esta manera, el portador del virus es presa potencial de numerosas infecciones oportunistas que le pueden conducir a la muerte. La neumonía por P. jiroveci, el sarcoma de Kaposi, la tuberculosis, la candidiasis y la infección por citomegalovirus son algunas de las infecciones más frecuentes que atacan a los seropositivos que han desarrollado sida.

La mayoría de los pacientes que han desarrollado sida no sobreviven más de tres años sin recibir tratamiento antirretroviral. Sin embargo, incluso en esta fase crítica el sida y el VIH pueden ser controlados mediante la terapia antirretroviral de gran actividad. Los antirretrovirales brindan una mejor calidad de vida a un portador del VIH y aumentan sus posibilidades de supervivencia, tanto que hoy en día la enfermedad ha pasado de ser mortal a crónica.

La medicación con antirretrovirales no hace desaparecer el virus de los “reservorios” donde el VIH permanece de forma latente, pero sí consigue reducir la carga viral en sangre hasta el punto de ser indetectable (Carga viral indetectable (VIH)) e impedir su transmisión a otras personas.

Tabla de clasificación de los infectados por VIH (OMS).

La OMS (Organización Mundial de la Salud) ha clasificado a los infectados por VIH en 9 categorías en función del número de linfocitos T CD4 por mililitro de sangre y de la fase de la infección en la que se encuentren:

   Categoría A: pacientes en la fase precoz de la infección.

   Categoría B: pacientes en la fase crónica de la infección.

   Categoría C: pacientes en la fase final de la infección.

Explicación:

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