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Respuesta:
1. Bolas rodantes
Colocamos bolas pequeñas sobre una mesa en la que dibujaremos diferentes caminos (rectos, curvos, en espiral, etc.). Durante el juego el niño deslizará las bolas con la palma de la mano siguiendo los caminos trazados, sin salirse de los bordes. Podemos decirle al niño frases como: “Las bolas son traviesas, por eso tratan de escapar. ¡No las dejes ir!”.
En juegos posteriores se puede indicar al niño que haga rodar las bolas con un dedo en lugar de la palma de la mano.
2. Jugando con pasas
Para este juego, haremos una masa para pastel. Extendemos la masa en la mesa e invitamos al niño a decorarla con pasas. Mostramos al niño como coger las pasas haciendo pinzas con los dedos pulgar e índice y le indicamos que las pasas deben extenderse sobre toda la masa a igual distancia entre sí.
Luego horneamos el pastel resultante y podemos disfrutarlo con toda la familia.
3. Clasificando objetos pequeños
Mezclamos dos tipos de objetos pequeños en una caja (guisantes y frejoles o cuentas y guijarros o botones de diferentes formas o tamaños, etc.) y pedimos al niño que nos ayude a separarlos clasificándolos por color, forma, tamaño, etc. Al principio utilizaremos dos tipos de artículos suficientemente grandes y luego podremos ir complicando el juego utilizando objetos cada vez más pequeños y aumentando la cantidad de objetos diferentes, entre 3 a 5 tipos.
Es importante que el niño realice la actividad utilizando solo tres dedos o haciendo pinzas con los dedos pulgar e índice, por lo que podemos indicarle que los demás dedos deberán estar doblados durante el juego.
Para amenizar el juego podemos crear historias como por ejemplo que el pollo, el cerdito, la muñeca o cualquier juguete que tengan disponible; tienen hambre pero el pollo quiere frijoles y el cerdito guisantes por lo que hay que ayudarles a preparar su comida.