• Asignatura: Geografía
  • Autor: anyelazambrano910
  • hace 2 años

en general, en nuestro pais, la calidad de vida es mejor q las cuidades que en el campo, lo que genera un motivo para la migracion hacia las áreas urbanas ¿cierto o falso ?​

Respuestas

Respuesta dada por: oscarbaez801
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Respuesta:

En el mundo, tres de cada cuatro personas en situación de pobreza y que sufren hambre viven en zonas rurales. Este dato, divulgado por la FAO, enfatiza la amplitud de la pobreza rural, ocasionada por factores como la escasez de empleo y oportunidades, el limitado acceso a servicios e infraestructuras y los conflictos por los recursos naturales y tierra. A estas circunstancias se añaden los efectos adversos del cambio climático, que agravan fenómenos alarmantes como el agotamiento de los recursos naturales, la deforestación, la erosión de suelos, la baja en el rendimiento de las cosechas o la pérdida de agrobiodiversidad.

Este conjunto de condiciones desfavorables provoca importantes flujos migratorios hacia las ciudades, sobre todo de jóvenes que buscan nuevas oportunidades de ingresos y empleo. La migración rural-urbana en Centroamérica ha contribuido al aumento poblacional de las ciudades, y la región es hoy la segunda del mundo que registra las tasas más altas y rápidas de urbanización, con un porcentaje promedio de crecimiento de 3.8 durante las últimas dos décadas. Asimismo, según las previsiones del Banco Mundial, para el año 2050 la región habrá duplicado su población urbana, sobre todo a causa de los y las migrantes rurales que llegan a las ciudades, en búsqueda de oportunidades económicas y acceso a servicios básicos.

Desafíos

El movimiento migratorio hacia las zonas urbanas implica un proceso de transformación que disminuye la generación de ingresos y el empleo en la agricultura. Esto conlleva una menor participación laboral en el sector primario que puede provocar una reducción de la producción agrícola y amenazar la seguridad alimentaria de algunos territorios.

Así, por ejemplo, el campo puede carecer de mano de obra joven y dinámica, registrando además un envejecimiento de la población, lo que puede comprometer una producción alimentaria suficiente y variada. En áreas rurales de México, por ejemplo, la migración de jóvenes, y la consecuente disminución en la tasa de fecundidad, ha provocado una alteración entre los grupos poblacionales: mientras que en 2005 había 21 adultos mayores de 60 años por cada 100 niños, se prevé que para el año 2051 habrá 167 adultos mayores por cada 100 niños.

Asimismo, el acrecentamiento de la pobreza urbana responde a los abundantes flujos migratorios hacia las ciudades que en ocaciones no encuentran trabajo en las zonas urbanas (a pesar de haber sido una razón para movilizarse) lo que se genera un círculo vicioso de escasez y necesidades.

Los altos porcentajes de trabajo informal en la región también indican una falta de protección social, que agrava las situaciones de pobreza y precariedad de las personas migrantes internas. Otro factor que señala las difíciles condiciones de vida de las personas migrantes rurales en las ciudades es que, debido a los recursos económicos limitados, esta población vive a menudo en asentamientos informales, los cuales albergan alrededor del 29% de la población urbana en América Central. Estos asentamientos suelen estar ubicados en zonas vulnerables a desastres naturales, como inundaciones, deslizamientos y terremotos, lo que evidencia cómo la migración rural, fomentada también por los efectos del cambio climático, necesita de atención particular, para evitar una reproducción de vulnerabilidades existentes.

Además, mientras que los conflictos por los recursos naturales pueden provocar la migración rural, las personas migrantes encuentran nuevas formas de violencia en las urbes. En el Triángulo Norte de Centroamérica la violencia es un fenómeno principalmente urbano, agravado por causas como pobreza, segregación, desigualdad y falta de oportunidades. Los campesinos en situación de pobreza y personas desempleadas pueden ser nuevas víctimas de grupos criminales en las ciudades. Esta situación puede originar nuevos flujos migratorios de personas que migraron hacia las ciudades y, al no encontrar una situación adecuada, deciden migrar hacia el extranjero.

Por tanto, la migración rural-urbana tiene repercusiones cruciales no solo para el desarrollo y la sostenibilidad rural, sino también para la urbana. Por ejemplo, desafíos actuales como la sobrepoblación urbana o la pérdida de tradicionales cultivos y agrobiodiversidad dependen directamente de los flujos migratorios rurales. Para resolver estas cuestiones, es necesario dirigir la atención hacia sus raíces:

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