Respuestas
Los científicos que investigan el futuro del suministro de agua en los Andes están cada vez más preocupados porque ciudades como Quito y Cuenca, que se encuentran a una gran altura, pueden verse afectadas por las crecientes temperaturas que están secando los páramos.
Los páramos son praderas de matorrales húmedas y frías que cubren las laderas de las montañas andinas desde Venezuela hasta Perú, a alturas de entre 3.000 y 5.000 metros.
Los científicos dicen que la forma en que los páramos reaccionan al cambio climático podría tener un impacto mucho más grande en el suministro de agua para algunas ciudades que el generado por el derretimiento de los glaciares.
“Como los glaciares, los páramos actúan como enormes esponjas, almacenando y liberando agua”, explica desde Quito Bert De Bievre, coordinador del Consorcio para el Desarrollo Sostenible de la Ecorregión Andina (Condesan).
“Pero en general, los páramos guardan mucha más agua en su suelo que los glaciares”.
Amenaza creciente
Un gran problema que enfrentan los páramos es que las temperaturas globales más altas podrían secar su suelo y su vegetación y, por lo tanto, reducir su capacidad de atrapar los excedentes de agua en la temporada de lluvias y liberarla en la estación seca.
De Bievre es uno de los autores de un reciente estudio que utilizó modelos computacionales para sugerir pérdidas significativas de páramos en este siglo, cuando aumenten las temperaturas.
La reducción del tamaño de los páramos podría afectar a los suministros de agua que ya se encuentran bajo amenaza debido al aumento de la población, el derretimiento de los glaciares y los cambios en la agricultura.
“Las ciudades en los Andes enfrentarán enormes presiones por el agua en el futuro”, dice Wouter Buytaert, un especialista en aguas andinas de la Universidad Imperial College de Londres.
“El crecimiento de la población será probablemente el motivo más grande de la disminución del agua disponible per cápita. Pero algunas ciudades son especialmente vulnerables a los cambios en los páramos”.
Patricio Falconi Moncayo, ingeniero de Epmaps, la empresa de agua de Quito, es consciente del papel crucial que juegan los páramos en la regulación del suministro de agua a la capital ecuatoriana.
“Recientemente compramos una gran hacienda bajo el volcán Antisana para proteger el páramo”, explica.