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La ganadería llegó a México durante la Conquista con la llegada de caballos y vacas; antes de ésta los únicos animales que se criaban de forma doméstica eran los guajolotes y el xoloitzcuintli.
La cría de animales no sólo es para el consumo de carne, sino que también se relaciona con la fabricación de quesos, cremas, mantequillas y la obtención de leche, huevos, grasa, pieles, cera, miel y abonos. Tan sólo en 2016, se generaron 51.19 miles de millones de pesos en la producción de huevo, miel, cera y lana.
El ganado bovino es el de mayor consumo en México por su carne, leche, y otros derivados, así como por sus pieles. Gracias a la incorporación de razas, como el cebú, se ha aumentado la calidad y cantidad generando 480 millones de dólares en exportación de bovinos en pie y 68 mil millones de pesos en la producción de leche.
México es el 15° país productor de carne de cerdo en el mundo con una producción de 1.4 millones de toneladas anuales, y por su facilidad de crianza forma parte de la ganadería de traspatio.
Nuestro país ocupa el 4° lugar a nivel mundial en producción de huevo para plato y el 5° lugar en la producción de carne de pollo. El guajolote también forma parte de la avicultura, su carne es muy sabrosa y sana ya que tiene un alto grado de proteínas, además es baja en grasas.
El ganado ovino es importante por su carne y piel, también provee la lana que es materia prima en la industria textil. Durante 2016 se produjeron 4.85 miles de toneladas de lana sucia.
En el caso del ganado caprino, México ocupa el primer lugar en América; su piel se utiliza en la industria del vestido y su leche para elaborar quesos y dulces como la cajeta.
En la apicultura, no sólo es importante la producción de miel, polen, jalea real y propóleos; también pretende el cuidado de las abejas ya que estas son fundamentales para un equilibrio del medio ambiente. México ocupa el 8° lugar en producción de miel a nivel mundial con una producción de 58 mil toneladas en promedio con un valor de exportaciones de 93.7 millones de dólares.
El conejo, dentro de la cosmogonía de la cultura Azteca era el símbolo de la fertilidad y de las grandes cosechas. Actualmente se crían principalmente en traspatio para el autoconsumo.