3 acciones para
terminar con la discriminación y 3 acciones
para darle fin a la intolerancia de todo tipo.
Respuestas
Respuesta: 1. ESCUCHA Y EDÚCATE
Presta atención a las personas que enfrentan el racismo a diario. Escucha a amigos, compañeros de clase, vecinos y líderes comunitarios.
Hay muchos artículos, libros, documentales, películas y podcasts relacionados con el racismo, discriminación y privilegios. Escucha lo que dicen quienes aparecen en ellos. Comprende y confronta tu propio privilegio. Prepárate para sentirse incómodo a veces. Muchos hemos adquirido prejuicios a una temprana edad que no son fáciles de olvidar.
2. GENERA CONCIENCIA
Comparte los recursos que te parecen útiles con los miembros de tu comunidad para ayudarles a aprender cómo pueden ayudar a acabar el racismo y la discriminación.
Si tienes hermanos menores o familiares, conviértete en un buen ejemplo. Trata de buscar juegos o libros que puedan ayudarles a aprender que todos tenemos derecho a la dignidad y la seguridad. Puedes encontrarlos en grandes cantidades en línea.
3. DESAFÍA LA DISCRIMINACIÓN COTIDIANA Y EL RACISMO
El racismo y la discriminación ocurren a nuestro alrededor todo el tiempo. A menudo es en forma de chistes, estereotipos o comentarios insensibles y preguntas de nuestros amigos, familiares o colegas. Si presencias a un amigo o familiar expresando ideas racistas o discriminatorias, habla con ellos si te sientes seguro para hacerlo. Acércate a ellos en privado primero ya sea en persona o a través de un mensaje directo.
Serán más receptivos si no se sienten avergonzados públicamente. Señala que lo que están diciendo es racista o discriminatorio y recuérdales que toda persona tiene derecho a la dignidad y que en muchos países está penado por la ley discriminar a una persona por el color de su piel, su etnia, religión, género u orientación sexual. Anímalos a aprender más sobre el contexto histórico de los prejuicios raciales y la discriminación, y a compartir los recursos que te hayan parecido útiles.
Si ves a alguien siendo acosado, intervén (si no te pones en peligro al hacerlo).
Explicación: acciones para darle fin al hambre.
Algunas de ellas son:
Superalimentos para cambiar el mundo. ...
Enseñar el camino hacia el éxito. ...
Reducir los residuos alimentarios. ...
Mejorar la fertilidad del suelo agrícola. ...
Empoderamiento de la mujer. ...
Comprar productos de comercio justo. ...
Donar a una ONG o hacer un voluntariado
6. Comprar productos de comercio justo
Aportar a estas comunidades es tan sencillo, a veces, como cambiar de marca de café o comprar textiles en espacios que no contribuyen a la explotación laboral. Luchar contra la erradicación de medidas arancelarias para productos de países en desarrollo, también es una vía para la solidaridad mientras la pobreza no permita la igualdad de oportunidades entre los distintos países.
7. Donar a una ONG o hacer un voluntariado
La posibilidad de unir el trabajo propio al de miles de manos para combatir un problema global es, probablemente, una de las mejoras formas de invertir nuestro tiempo o la contribución económica que deseemos hacer. En este caso, desde Ayuda en Acción, te recomendamos siempre que analices en qué proyecto y cómo se destina tu aportación.
8. Concentrar nuestros mayores esfuerzos en zonas rurales
Aunque las ciudades son una vía de entrada de ayudas, la realidad es que las personas pobres y en riesgo de hambre viven, en un 80 % de los casos, en entornos rurales. Por ello, José Graziano da Silva, miembro de la FAO, defendía en Planeta Futuro, del diario El País, lo importante que es seguir luchando por los objetivos de desarrollo sostenible aprobados por la comunidad internacional para impulsar el desarrollo rural, mitigar la migración y reforzar las inversiones en seguridad alimentaria.
En la actualidad, además, debemos adaptar la agricultura al cambio climático —una realidad que parece imparable— para intentar dar a los jóvenes que viven en zonas rurales los medios para un futuro digno de paz y seguridad alimentaria.
Como has podido comprobar, hay múltiples razones para el optimismo, pero pese a la implicación y los esfuerzos de muchos de nosotros, todavía queda un largo camino hasta erradicar por completo el hambre en el mundo: algo que depende de todos nosotros por igual y que es justo, bueno y necesario para un mejor futuro a lo largo y ancho de nuestro planeta.