Respuestas
Respuesta:
Medio ambiente y ordenación del territorio, paradigma de una relación necesaria
La ordenación del territorio es un instrumento esencial en las sociedades modernas, para establecer de manera consciente el modelo de desarrollo al que aspira la sociedad. Muchas de las políticas comunitarias tienen un claro efecto territorial, ya que las acciones derivadas de las mismas modifican las relaciones entre los territorios, modelan la economía, la sociedad y el paisaje. Es el caso de las denominadas redes transeuropeas, la política agrícola común y también la política de medio ambiente, todas ellas relacionadas con la Política regional y los Fondos Estructurales y el Fondo de Cohesión. Dada la complejidad del territorio, por su variedad de usos y recursos, es necesaria una convergencia y cooperación entre las políticas medioambientales y ordenación del territorio, consolidando todas aquellas ideas de integración ambiental y sostenibilidad que tan claramente quedan reflejadas sobre el papel.
El carácter transversal de los problemas ambientales se manifiesta con especial importancia en el condicionamiento de la ordenación física del suelo mediante medidas de conservación de la naturaleza. La complejidad de la cuestión se pone de manifiesto en la relación de mecanismos jurídicos dispares, como los estrictamente ambientales, los territoriales y los urbanísticos, al servicio de fines comunes, el aprovechamiento racional del territorio, como soporte físico de todas las actividades humanas, y de cuya sostenibilidad depende la conservación del suelo como recurso natural.
Teniendo en cuenta las disparidades de desarrollo territorial existentes y los efectos territoriales de las políticas comunitarias, a veces contradictorios, todos los agentes responsables en materia de desarrollo territorial deberían considerar ciertas directrices orientadoras, de acuerdo con unos objetivos fundamentales. La Estrategia Territorial Europea (ETE) se ajusta al objetivo comunitario de procurar un desarrollo equilibrado y sostenible, especialmente mediante el refuerzo de la cohesión económica y social. Según la definición del Informe Brundtland de las Naciones Unidas, el desarrollo sostenible incluye no sólo un desarrollo económico respetuoso con el medio ambiente y que conserve para las generaciones futuras los recursos actuales, sino también un desarrollo territorial equilibrado. Esto implica especialmente armonizar las exigencias sociales y económicas del desarrollo con las funciones ecológicas y culturales del territorio, y contribuir de esta forma a un desarrollo territorial sostenible y equilibrado a gran escala.