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Los procesos geológicos internos o endógenos son aquellos generados por la energía interna de la tierra. Responsables de crear y/o transformar el relieve terrestre, que luego es modelado por procesos externos. La energía acumulada en el interior es liberada hacia el exterior a través de mecanismos medibles en escalas de tiempo e intensidad.
Forman parte de la dinámica interna de la tierra los procesos sísmicos, volcánicos y tectónicos. Éstos son causados por la liberación de calor a través de dos mecanismos básicos: conducción y convección. La conducción es la lenta transmisión de calor entre rocas sólidas, ocurre en las zonas más superficiales de la geosfera. La convección es la rápida difusión del calor, producida por las diferencias de temperatura y corrientes de convección en zonas no sólidas.
Un tercer mecanismo incide en la expulsión del calor desde el interior hasta la superficie, la radiación. Cuerpos sólidos y rígidos transmiten su calor a través de radiaciones de ondas cortas, disminuyendo progresivamente la temperatura interna.
PROCESOS SÍSMICOS
La energía acumulada en las rocas elásticas -en el interior de la tierra- se libera de forma súbita, dando lugar a terremotos o seísmos. Las fuerzas de tensión hacen que el calor salga, originando un movimiento vibratorio que se propaga en todas las direcciones. Adopta la forma de ondas que se expanden repentinamente.
La fractura y desplazamiento de masas rocosas en el interior de la Tierra causa movimientos en la superficie. Efectos algunas veces imperceptibles, otras violentos y destructivos. Al lugar en el que se origina el movimiento vibratorio se le denomina hipocentro, y a su punto vertical en la superficie epicentro.
Si el hipocentro del proceso sísmico está situado debajo del mar, el movimiento puede producir enormes olas llamadas tsunamis. Las ondas sísmicas son registradas por sismógrafos, que determinan la ubicación, magnitud y tiempo de duración del seísmo. Los procesos sísmicos son comunes en las zonas de subducción, dorsales y fallas transformantes.
PROCESOS VOLCÁNICOS
Originan la deformación de la corteza terrestre. El calor interno funde los materiales sólidos, líquidos y gaseosos, generando el magma que luego sale a la corteza terrestre en erupciones. Los magmas se forman a temperaturas entre los 700 y 1.200° C, dando lugar a las rocas ígneas. Se distinguen entre ellos, los magmas ácidos o graníticos y los básicos, también llamados basálticos.
Hay otros tipos de magmas, el intermedio (con propiedades ácidas y básicas); y el ultramáfico, con un alto contenido de hierro y magnesio. El ascenso hasta la superficie se produce por las diferencias de presión y densidad entre el magma y las rocas encajantes. Las fuerzas naturales propician la apertura de un orificio o cráter por donde salen primero los gases.
La erupción es seguido de una mezcla de materiales sólidos calientes y el aire atrapado, conocido como material piroclástico. Finalmente, se libera la lava. En los procesos volcánicos hay constantes como las explosiones que mantienen abierto el cráter o caldera. También la formación de relieves típicos: la cámara magmática, en la que se concentra el magma; y la chimenea, por la que se dirige al cráter. Otro relieve típico es el cono volcánico, resultado de los materiales emitidos por el volcán.
PROCESOS TECTÓNICOS
Proceden de los esfuerzos tectónicos. Las rocas sufren procesos de comprensión o distensión, que producen plegamientos y fracturas. Estos movimientos se clasifican como epirogénicos y orogénicos.
Los movimientos epirogénicos son desplazamientos verticales y lentos de la corteza terrestre, ascensos o descensos de las placas continentales. Las placas se mueven solo un par de centímetros al año, por lo que a simple vista y a corto plazo no se notan sus efectos. El cambio es perceptible al paso de millones de años, al menos que se empleen moderna tecnologías, satélites y pruebas.
ESFUERZOS TECTÓNICOS
Los procesos o deformaciones tectónicas se producen por esfuerzos de compresión, tensión y cizalla, mayormente en los límites de las placas. En los límites convergente, divergente y transformante pueden ocurrir deformaciones elásticas y de rotura. Procesos que terminan en seísmos, pliegues o deformaciones plásticas, fallas inversas, cabalgamientos, mantos de corrimiento y diaclasas de compresión.
Todos estos procesos geológicos internos son el resultado de la transformación de la energía térmica acumulada en el interior de la tierra en energía mecánica y liberadora. Dicha energía proviene de los restos del calor acumulado durante la formación del planeta. También del calor generado por la actividad de los isótopos radioactivos de los elementos y minerales.
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