Investiga y define cinco enfermedades que desarrolla el sistema osteoarticular por la ausencia de ejercicio, deporte o actividad física.
Respuestas
Respuesta:
Respuesta:1.Artritis.
Significa literalmente inflamación de una articulación, las formas más comunes son la artritis reumatoide, la osteoartritis, lupus eritematoso sistémico, post-traumático, esclerodermia y la gota. El síntoma común de las diversas formas de artritis es la inflamación, es decir, una reacción del cuerpo que causa hinchazón, enrojecimiento, dolor y pérdida de movilidad en la articulación.
2.Osteoartrosis.
Es un proceso degenerativo e inflamatorio de la articulación que afecta a las articulaciones de carga fundamentalmente y suele ser más frecuente en personas de edad avanzada.
3.Osteoporosis.
Es la disminución en la cantidad de calcio en los huesos, hecho que provoca debilidad y mayor facilidad en las fracturas. Estimular el depósito de calcio es básico para reforzar los huesos y evitar, como mínimo, que evolucione a peor. La mejor manera de hacerlo es realizar actividades físicas en las que se practique el impacto, es decir, el movimiento donde el pie toca el suelo estimulando el depósito de calcio necesario.
4.Osteomielitis
La osteomielitis es una enfermedad ósea causada por una infección por parte de algún patógeno, generalmente del género “Staphylococcus”. Estos gérmenes pueden llegar al hueso y colonizarlo si el propio hueso queda expuesto al entorno a causa de una lesión o, de forma más frecuente, si viajan a través de la sangre hasta llegar a los huesos.
La causa de la osteomielitis suele ser sufrir otra enfermedad infecciosa (neumonía, cistitis, uretritis…) en la que los patógenos diseminan a los huesos o sufrir heridas punzantes o abiertas en las que la contaminación ambiental llega al hueso.
5.Osteomalacia
La osteomalacia es una enfermedad ósea provocada por la falta de vitamina D, lo que conduce a un reblandecimiento de los huesos. Al no disponer de la cantidad suficiente de esta vitamina, los huesos no pueden absorber el calcio y no se mantienen fuertes.
La causa es el déficit de vitamina D, el cual suele ser debido a problemas con la alimentación, aunque a menudo es provocado por problemas metabólicos de origen genético. Los síntomas incluyen, además de la tendencia a sufrir fracturas en distintos huesos, debilidad muscular, dolor en los huesos, calambres en extremidades, entumecimiento en boca, brazos y piernas…
El tratamiento consiste en incluir en la dieta alimentos ricos en vitamina D, aunque si así no se soluciona, pueden administrarse suplementos vitamínicos y realizar actividad físicas poco a poco.
Explicación:
Los huesos son tejidos vivos compuestos por células óseas que van muriendo y regenerándose. De hecho, aproximadamente cada 10 años, los huesos de nuestro cuerpo se han renovado por completo.
Disponemos de 206 huesos, los cuales son las estructuras más rígidas y duras del organismo y cumplen con muchas funciones. Junto a los músculos, el sistema óseo permite la locomoción, es decir, la realización de movimientos precisos y coordinados. Además, al ser tan resistentes, tienen la responsabilidad de proteger a los órganos vitales, como por ejemplo el cerebro, los pulmones o el corazón.
Y no solo eso, pues en el interior de estos huesos se encuentra la médula ósea, un tejido esponjoso encargado de generar todos los tipos de células sanguíneas distintas.
Dada esta importancia y el hecho de que sea un tejido vivo como cualquier otro, los huesos pueden enfermar y causarnos trastornos que, pese a que pueden ser simples molestias, llegan a comprometer la calidad de vida de la persona aumentando el riesgo de sufrir fracturas e incluso afecciones letales como el cáncer.