• Asignatura: Castellano
  • Autor: prisciladelvalle
  • hace 2 años

El Occidente surgido de la caída del Imperio Romano (s. V) se organiza social y

políticamente en un sistema orgánico y cerrado, el feudalismo. Sus relaciones de producción se

basan en una economía natural y agrícola, para el uso inmediato, en el que el intercambio comercial

funciona en muy escasa medida, a lo que contribuye poderosamente el hecho de la existencia de

ciudades pequeñas y aisladas. Más en concreto: los poseedores de los medios de producción -los

terratenientes- se apropian del excedente productivo de los campesinos; esos poseedores

pertenecen a la nobleza y a la Iglesia, y están relacionados en sus diversas jerarquías por razones de

poder económico y por lazos de vasallaje contractual. Los campesinos, adscriptos a la tierra, se

hallaban sometidos a rígidas prestaciones y exacciones¹, a cambio de la protección, por parte del

señor, civil o religioso. Esta estructura socioeconómica es refrendada teológicamente por la Iglesia:

el rey (en principio, el primero entre sus iguales) lo es por derecho divino.

El sistema, teóricamente y para sus privilegiados, es perfecto: cada hombre nace en una

determinada situación social y su papel consiste en vivir de acuerdo con ella; de este modo no sólo

contribuirá al bien común, sino que salvará su alma y llegará al Reino de los Cielos. La insatisfacción

social, la rebeldía contra los poderes establecidos, supone incurrir en la ira de los señores, del rey

y de Dios mismo; todos los movimientos socio-religiosos de protesta serán sofocados violentamente

por la fuerza de las armas y de los anatemas².

La concepción filosófica de este universo presupone una idea de totalidad y comunidad

organicistas, en que los individuos, insertos inapelablemente en su clase o estamento, forman parte

de un todo al que han de supeditar sus actos. Es característico del arte organicista feudal la ausencia

de expresión de lo individual.Mas, por otro lado, en el feudalismo no todo fue un bloque cerrado y armonioso entre Iglesia

y poder civil. La lucha por la primacía de aquella sobre este y a la inversa, es constante, y desde

fines del s. XI el conflicto llamado “de las investiduras” es ya patente.

En la Península Ibérica, debido a las peculiares características históricas, como la presencia

musulmana, las variadas y continuas relaciones entre ambas culturas y el fenómeno de la llamada

“Reconquista”, el feudalismo no alcanzó nunca el nivel europeo. Sin embargo, los presupuestos

ideológicos del sistema funcionan claramente, como a nivel de la alta política puede verse (…)

El s. XII significa un auténtico despertar económico y cultural. Las ciudades crecen, y con

ellas las rutas comerciales, así como la artesanía y la nueva economía monetaria. Con ello, el sistema

feudal, basado en la producción para el simple consumo, comienza a no satisfacer las necesidades

de las capas más emprendedoras de la sociedad en desarrollo. Este despertar socioeconómico va

acompañado de nuevas manifestaciones culturales, como el comienzo del arte gótico; surgen

también, ya en el s. XII, las tempranas traducciones de obras árabes y clásicas. En la Península,

todo ello no se reflejará de modo notorio sino hasta el s. XIII. Tendrá que superarse, en efecto, la

fuerte presión ejercida por las oleadas de invasores africanos. (…)

(Extraído de Historia social de la literatura española, de Blanco Aguinaga, Madrid, Castalia, 1988.)
1) En función de lo leído, grafica la pirámide social para reflejar las capas o estamentos en que

se dividía la sociedad medieva
AYUDA​


abelangelromerosuare: mocho texto

Respuestas

Respuesta dada por: mariamercedesruiz
1

Respuesta:

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