Respuestas
Respuesta:
Un sabio anciano iba caminando solo por el de-
sierto. Marchaba lentamente, contemplando el
camino. De cuando en cuando se detenía, obser-
vaba el terreno y movía la cabeza como respon-
diendo a un pensamiento. Vio entonces, a lo lejos,
dos figuras que se acercaban y se detuvo a espe-
rarlas. Eran dos hombres que daban muestras de
inquietud. Antes de que pudieran hablarle, el sa-
bio les preguntó:
—¿Vosotros habéis perdido un camello?
—Sí. ¿Cómo lo sabes? —dijeron ellos, extrañados.
—¿Es un camello tuerto del ojo derecho y que co-
jea de la pata delantera izquierda? —insistió el
sabio.
—En efecto.
—¿Es un camello al que le falta un diente y lleva
un cargamento de miel y de maíz?
—¡Sí! ¡Ese es nuestro camello! Pronto, buen an-
ciano, dinos dónde está.
—No lo sé —respondió el anciano—, y no he visto
en mi vida ese camello ni he oído hablar de él
antes de ahora.