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En el proceso y desarrollo de iniciación deportiva se han seguido diferentes tendencias pedagógicas sin embargo una de las que más se ha fomentado y difundida en el sistema de preparación del futbolista en nuestro proceso de enseñanza: es la que plantea que no se concibe la enseñanza de una acción motora o técnica hasta tanto no se haya dominado la precedente a ésta e incluso otros especialistas señalan que no se debe jugar hasta que no se dominen las habilidades aisladas que van a emplearse en este, no obstante cuando los niños emplean el juego como herramienta o actividad creativa independiente, estos no pueden esperar a que su profesor o entrenador les enseñe y a su vez dominen de forma completa toda una serie de habilidades que conforman el deporte practicado (Fútbol) como sistema, esto se explica por la sencilla razón de que el juego es muy rico en acciones, es un fenómeno íntegro y sistémico donde se interrelacionan muchos factores conductuales, vivénciales y reales que el niño los lleva a cabo en fracciones de segundo, he aquí una de las posibilidades que tiene el juego o sea que le permite al niño la vía para ejercer su individualidad, su potencialidad o lo que en otras palabras se pudiera llamar su personalización en función de lograr el objetivo en una acción determinada.
Cuando practicamos un juego, estamos introduciendo los diferentes elementos que influyen en el desarrollo de un partido, como son el objetivo a conseguir, los compañeros y los adversarios. Estos estímulos intervienen directamente durante la realización de un juego, de forma que incidimos directamente sobre el futbolista, bien sobre la tensión emotiva, bien sobre la realización de un gesto técnico... de esta forma si trabajamos los diferentes elementos de forma aislada, estamos creando situaciones artificiales que difícilmente se darán durante el desarrollo del juego real, es decir, en el partido de fútbol.
Durante un juego el niño se entrega plenamente a la acción que expone el propio juego y frente a los problemas planteados, el niño es capaz de proponer sus propias soluciones. Estos problemas pueden y deben estar adaptados a las capacidades de los participantes, de forma que el niño sea capaz de ir progresando y mejorar en sus posibilidades.
Este trabajo no pretende ser un modelo a seguir en el entrenamiento de los niños para el desarrollo del pase, sino dar a conocer una forma diferente de entrenar, más divertida y menos monótona, para los niños que empiezan en el fútbol base y que en muchas ocasiones se encuentran realizando ejercicios de adultos sin tener en cuenta sus necesidades ni características evolutivas y que los hace diferentes.
Explicación:
:V mucho papeleo cierto?