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Respuesta dada por:
1
Estaba nublado, hacía frío y todo quedaba en una semioscuridad, cuando
el expreso Berlín-Roma penetró en una de las estaciones intermedias de
su ruta. En un compartimiento de primera clase, con cubiertas de
pasamanería sobre la tapicería de felpa, Albrecht van der Qualen,
viajero solitario, se despertó, incorporándose.. Es como volver en sí después de una borrachera o del letargo. Nuestros
nervios, de pronto privados del ritmo protector, se sienten perdidos y
desamparados ,espero que te ayude
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