Respuestas
Respuesta:
La integración física, es decir, la interconexión de las infraestructuras económicas, entre las que se cuentan las de transporte, energía, telecomunicaciones, agua y saneamiento, permiten generar transacciones dentro de un espacio geográfico y económico más amplio que lo nacional, posibilitando la integración del sistema económico y territorial a un nivel subregional y el surgimiento de cadenas regionales de valor. Por ello, la CEPAL ha resaltado la necesidad de alinear la concepción, diseño, ejecución y seguimiento, fiscalización y evaluación de las políticas de infraestructura y servicios conexos con la maximización de sus efectos en relación al desarrollo, a través de una política integrada y sostenible de logística y movilidad con una mirada regional que permita no solamente resolver los problemas de provisión de infraestructura y servicios sino muy especialmente resolver las fallas u obstáculos institucionales y regulatorios tanto en la conducción de las políticas como en la organización de los mercados que surgen de la alta dispersión y multiplicidad de visiones públicas respecto a la infraestructura económica y los servicios en sus diferentes procesos (concepción, diseño, implementación y seguimiento, fiscalización y evaluación). La integración regional de infraestructuras económicas permitiría alcanzar mejoras en la dotación y calidad de la infraestructura disponible, con una menor inversión y a un menor costo de operación producto de las economías de red, posibilitando con ello liberar recursos públicos para el gasto social u otros sectores de la economía nacional. Junto con ello, permitiría brindar y asegurar un suministro continuo y seguro para las naciones participantes, proveyendo además una redundancia en la red necesaria ante eventos naturales extremos o pérdidas de conectividad, elementos que serían difíciles de alcanzar de forma individual a un costo competitivo.
Explicación:
Con relación a los mayores competidores del país en mercados internacionales, Uruguay se sitúa a mitad de tabla por el grado de concentración de sus ventas por destino y acompaña la tendencia diversificadora de sus rivales, a excepción de Australia.
Esa tendencia fue exhibida también por los países competidores de Uruguay durante los últimos 10 años.
Por efectos de los fuertes aumentos en el precio de la soja y el hierro, esos bienes ganaron peso en la canasta de exportaciones.
En el marco de un notable crecimiento de las exportaciones, los mayores 10 compradores de Uruguay pasaron de concentrar 72% de las ventas en 2001 a 67% el año pasado.