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La reducción de la actividad física es la base de la degradación de la fuerza de los huesos humanos durante milenios y es una tendencia que alcanza hoy niveles peligrosos, ya que la gente usa su cuerpo mucho menos que en cualquier otro momento de la historia.
La masa ósea de los humanos recolectores era un 20 % más alta, lo que equivale a la cantidad que puede perder una persona que pase tres meses de ingravidez en el espacio.
Más ejercicio en la juventud
Los investigadores consideran así fundamentada la idea de que el ejercicio, más que la dieta, es la clave para prevenir un mayor riesgo de fractura ósea o problemas como la osteoporosis durante la vejez.
Hacer más ejercicio durante la juventud «conlleva una mayor fortaleza ósea hacia los 30 años, lo que se traduce en que el debilitamiento de los huesos asociado a la edad sea menos perjudicial», indica PNAS.
Extremidades inferiores
Esa reducción ósea es más destacada en las extremidades inferiores, lo que sugiere que puede estar vinculada al momento en el que los seres humanos pasaron de un estilo de vida predominantemente de recolectores a otro más sedentario con la aparición de las agricultura.
A pesar de los cientos de años de investigación sobre el esqueleto humano, esta es la primera vez que un estudio demuestra que el hombre tiene una densidad considerablemente menor en las articulaciones, incluso en los antiguos agricultores que trabajaban la tierra de manera activa.
Los investigadores usaron tomografías computerizadas de alta resolución para medir las trabéculas (tejido óseo esponjoso en el interior de algunos huesos) de las articulaciones en las extremidades inferiores de los humanos y los chimpancés actuales.
El estudio mostró que la densidad ósea de los esqueletos humanos se redujo drásticamente en tiempos recientes