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El Chimborazo y la promesa.
Hace mucho tiempo atrás, en la serranía ecuatoriana, donde familias con muchos hijos habitaban casas que tenían separaciones de kilómetros de distancia y se dedicaban a la agricultura y cuidado de animales, vivía Diana, una niña de 10 años de edad que siempre estaba acompañada de su perro y mejor amigo Nevado.
Diana, desde muy pequeña tenía un sueño, el de conocer el volcán y la montaña más alta en el Ecuador: El Chimborazo, lo que más le atraía a Diana de esta montaña es que es el punto más alejado de la tierra; y vivía imaginando cómo sería su vida después de escalarla y le relataba a su mejor amigo Nevado, todas las aventuras que juntos vivirían en ese lugar.
Pasan los años y Diana ya es una adolescente y Nevado ya era un perro viejo, lento y torpe, se enfermaba mucho pero siempre acompañaba a diana en sus labores diarias. Un día Nevado enfermó mucho y Diana y su familia no encontraban la forma de ayudarlo, entre oraciones Diana prometió que si Nevado se recuperaba por fin harían ese viaje a El Chimborazo con el que tanto soñaban ambos amigos.
Al día siguiente Nevado mejoró y Diana, para cumplir su promesa empezó a planificar el viaje, tomó el carro familiar, empacó unos alimentos, ropa acorde y emprendió la aventura. Al llegar ambos notaron que era más increíble de lo que pensaron, imponente y espectacular. Entre lágrimas de emoción y alegría, Diana le agradece a Dios poder estar en ese lugar y mejor aún con su mejor e inseparable amigo Nevado.