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El capítulo VI de "Elementos de Medicina Práctica", del doctor Guillermo Cullen, Tomo II (1789), se refiere entre otros temas, a "De la Erisipela o del Fuego de San Antonio". Sin embargo, el doctor Bartolomé Piñero y Siles, miembro de la Real Academia Médica de Madrid, traductor de dicho libro del francés al castellano, formula el siguiente alcance: si se reflexiona de que Cullen en este capítulo trata de la erisipela pútrida, debe causar admiración que tenga por idéntica a la erisipela y al fuego de San Antonio, el que según una memoria de la Real Sociedad de Medicina de París "no es otra cosa que una verdadera gangrena seca, lo que testifican y comprueban con un gran número de relaciones, monumentos auténticos, sacados de la Abadía de San Antonio de París, descripciones históricas de este Fuego y autores coetáneos que acerca de él escribieron".
Desde el siglo IX al XIV y en menor grado hasta el siglo XI, se declaraban epidemias de dicha enfermedad, especialmente en las regiones orientales de Francia, Rusia y Alemania, cuyas consecuencias resultaban más temibles, incluso que las de la propia lepra. Así, por ejemplo, se recuerda que durante el reinado de Felipe VI, en 1130, estalló una epidemia en la Lorena, enfermando gravemente una gran cantidad de personas1,2.
Esta enfermedad recibió los nombres de "fuego sagrado", "mal de los ardientes", "fuego infernal" o "fuego de San Antonio". Este último nombre data del siglo XI, en que se fundaron los monasterios de San Antonio Ermitaño, para atender a sus víctimas.
esta es una muy importante con su informe para que saques fragmentos espero ayudar :)
Saludos ;