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Usos del ácido sulfúrico en las diferentes industrias
Estas son las principales aplicaciones que el ácido sulfúrico tiene en las diferentes industrias, ya sea como materia prima indirecta o como parte del producto final (más ocasionalmente).
Industria de fertilizantes
El ácido tetraoxosulfúrico o ácido sulfúrico se usa principalmente (hasta en un 60%) en la elaboración de fertilizantes inorgánicos. Lo que se hace es usar gran cantidad de este recurso para producir el compuesto de ácido fosfórico, que sirve para crear fertilizantes como:
Superfosfato triple
Fosfatos de mono
Fosfatos de diamonio
En menores concentraciones, también se usa para producir fertilizantes como el superfosfato o el sulfato de amonio.
Como vemos, el ácido sulfúrico es un recurso vital para la industria agroquímica.
Industria petroquímica
El ácido sulfúrico también se utiliza en la industria de la refinación del petróleo. Principalmente, se aplica como materia prima para la refinación, alquilación y purificación del petróleo en crudo.
Se utiliza como un producto principalmente catalizador para facilitar una reacción beneficiosa en diferentes procesos químicos orgánicos y petroquímicos, consiguiendo nitraciones, deshidrataciones y condensaciones.
Industria automovilística
Las baterías suelen contener ácido sulfúrico en cantidades muy pequeñas, y de hecho es más conocido comúnmente, en su formulación específica, como ácido de batería. Esta formulación consigue producir energía gracias a la reacción química provocada del contacto del plomo con el ácido sulfúrico, cosa que le hace perder carga con el tiempo de uso.
También se puede encontrar ácido sulfúrico en las baterías recargables, aunque siempre en combinación con otros componentes que ayudan a recuperar la batería para volverla a usar.
Es común el uso de ácido sulfúrico para reparar baterías en talleres mecánicos.
Industria química inorgánica
El ácido sulfúrico también tiene amplia aplicación en la industria química inorgánica, siendo parte de los componentes para crear pigmentos de óxido de titanio, ácido clorhídrico y ácido fluorhídrico. También se puede fabricar ácido nítrico, ácido fosfórico y muchos otros componentes de amplia aplicación.
Por tanto, es lógico pensar que el ácido sulfúrico no pueda faltar en ningún laboratorio. Un ejemplo de ello es el uso de este componente en la industria farmacéutica, como en la elaboración de medicamentos para el cáncer.
Industria de tratamiento de metales
En la industria del tratamiento de metales, el ácido sulfúrico también es un gran aliado. Cuando es expuesto a altas temperaturas (al punto de ebullición de 337 °C), es capaz de oxidar con gran rapidez cualquier metal (con excepción de los metales nobles como el oro o el platino).
Se utiliza en lo que se conoce como decapado: extrayendo impurezas, óxido o la cal de la superficie. Este también es un proceso vital en la fabricación del acero, aunque actualmente se utiliza más el ácido clorhídrico en su lugar, gracias a unos resultados más rápidos y eficientes en el decapado (a pesar de tener un mayor precio).
Por supuesto, el uso del ácido sulfúrico en metales no se limita a esto, sino que también se aplica al cobre, al uranio, al vanadio... Todas las purificaciones y plateados de metales no ferrosos se hacen con este componente, mediante los baños electrolíticos.
Industria de la madera y el papel
En algunos procesos de fabricación del papel y el tratamiento de madera, el ácido sulfúrico también es indispensable, sobre todo durante la limpieza de la pasta de papel en las salas de máquinas, ideal para retirar impurezas.
Industria téxtil
Este producto también es muy importante en la fabricación de varios procesos textiles de tipo químico o artificial, así como el tratamiento tanto de pieles como de cuero.
Por ejemplo, el ácido sulfúrico destaca especialmente en la creación de seda artificial. Se usa el ácido principalmente para crear todas las fibras sintéticas a partir de la combinación con una solución concreta. El resultado es un material que rivaliza en suavidad, caída y brillo con la seda natural, pero que a diferencia de su rival no aísla el calor corporal, lo que la hace un tejido ideal para ropa de verano.
Industria de la limpieza
En la industria de la limpieza podemos encontrar pequeñas dosis de este material, que se añade directamente en las formulaciones de detergentes y limpiadores de desagües:
En el caso de los detergentes, se utiliza para elaborarlo gracias al proceso de la sulfonación orgánica.
Los limpiadores de desagües, en cambio, tienen base de ácido sulfúrico. Por tanto, se sirven de las propiedades del componente para acabar con la suciedad en las tuberías. Debido a su composición, este es un producto peligroso, que podría causar quemaduras en la piel si se usa sin precaución.