Respuestas
Respuesta:
Cristo murió en la cruz del calvario para darnos salvación y vida eterna
Explicación:
Respuesta: Toda la historia humana está guiada por la Providencia divina que es siempre acción salvífica y que camina hacia la salvación integral y definitiva de ser humano. Pero llamamos “historia de salvación” a la dimensión de esta misma historia en cuanto está orientada hacia Jesucristo (centro de la creación y de la historia), o también a la historia de la revelación y de la comunicación especial de Dios a su Pueblo, el antiguo y el nuevo Israel.
La historia de salvación se concreta también en la historia bíblica, del Antiguo y del Nuevo Testamento. Los acontecimientos del Pueblo santo son los hitos de esta historia, cuyo significado se descifra por medio de la Palabra que Dios ha revelado a su Pueblo. Dios habla y obra de modo salvífico, y espera y hace posible la respuesta libre del hombre. Por esto Jesús, el Verbo o Palabra personal de Dios, es el principio, el centro y el fin de esta historia “Jesucristo es el mismo, ayer, hoy y siempre” (Heb 13,8).
Dios está presente en la historia de su pueblo (Ex 29,43), dejando un signo visible de esta presencia y encuentro en la “tienda” (la “shekinah”) que será luego el templo (Ex 26). Esta presencia se irá intensificando hasta mostrase como “Dios con nosotros”, el “Emmanuel” (Is 7,14). Dios es único, creador y Señor de la historia, el Santo, que llama a la santidad (Lev 19,1).
La narración de la historia salvífica
Los libros de la Biblia narran la peregrinación constante del Pueblo de Dios. La figura de Abrahán, que escucha y cree, sirve de prototipo en ese caminar con Dios y delante de Dios (cfr. Gen 17,1). El camino por el desierto, saliendo de Egipto (“éxodo”) bajo la guía de Moisés, durante cuarenta años, fue un tiempo especial de pruebas (con éxitos y fracasos), en vistas a recibir la gracia para escuchar la palabra, vivir la Alianza y ansiar la unión con Dios en la tierra prometida. Los profetas acentuarán la esperanza mesiánica. El libro de la Sabiduría y otros libros morales hacen una relectura de los hechos salvíficos.
Dios habla por medio de la revelación y sostiene el peregrinar de su Pueblo hacia “la tierra prometida”. Los profetas, apoyándose en las promesas hechas por Dios a Abrahán, recuerdan y alargan la perspectiva a “todas las naciones de la tierra” (Gen 12,3), en medio de las cuales Israel, viviendo su fe, es como “una bandera izada” para sostener la esperanza mesiánica de la humanidad (Is 11,12).
La historia salvífica centrada en Cristo
En Cristo, centro de la historia de salvación, se cumplen las esperanzas y promesas, como la realidad que sucede a la sombra. La fe cristiana descubre que la historia humana es salvífica por la elección eterna del hombre en Cristo Redentor (cfr. Ef 1,3-14) y por el misterio pascual de su muerte y resurrección. La teología, como reflexión sobre la fe en Cristo, intenta presentar todos los contenidos de esa fe en la perspectiva de una historia humana que, por gracia, es historia de salvación. Por Cristo, la historia o el tiempo no es sólo “cronología”, sino “kairós”, es decir, “tiempo favorable… día de salvación” (2Cor 6,2).
La Iglesia, como “sacramento universal de salvación” (LG 48) continúa esta peregrinación hacia la resurrección final en Cristo, cuando habrá “un cielo nuevo y una tierra nueva” (Apoc 21,1; cfr. LG 49-50). La acción salvífica de Dios en la historia quiere la colaboración libre del hombre, en el camino de la perfección y de la misión, a nivel personal y comunitario, para hacer que el misterio de la Iglesia se haga comunión universal.
Referencias Alianza, Antiguo Testamento, año litúrgico, Biblia, desierto, escatología, Iglesia (peregrina), Israel, Nuevo Testamento, Providencia, Pueblo de Dios, revelación.
Explicación: corona plis perdon si es mucho texto