Respuestas
Respuesta:
Este es un maravilloso cuento sobre como controlar nuestras emociones. Había una vez un rey que tenía un serio problema, el era incapaz de poder controlar su alegría y su tristeza. Ambas emociones lo llevaron a perder el control en si mismo y a caer en un desequilibrio que luego el lo lamentaba.
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3.-¿Cómo solucionó sus problemas el rey?
Respuesta:
Había una vez un rey que tenía un problema: era incapaz de controlar su alegría y su tristeza. Ambas emociones le llevaban a perder el control y a caer en un desequilibrio que luego lamentaba. Cuando estaba contento, lo celebraba de forma desmedida, sin atender a los gastos ocasionados. Fiestas lujosas, ostentosas y muy largas… Y cuando estaba triste, se hundía en una profunda depresión de la que le era muy difícil salir.
El rey, consciente de su gran problema, ordenó repartir este mensaje por todo el reino:
– «Se hace saber, de parte del rey, que se ofrecerá una gran recompensa de mil monedas de oro a quien consiga entregarle un anillo capaz de conseguir el equilibrio en sus emociones».
Inmediatamente, decenas de orfebres, médicos y hechiceros, llegaron al castillo con un prometedor anillo. Eran realmente hermosos: algunos de oro, otros de hermosas piedras preciosas. Anillos con supuestos encantamientos y otros tan brillantes como el sol. Pero ninguno de ellos consiguió lo que el rey tanto anhelaba.
El anillo del equilibrio y su misterioso mensaje
Hasta que un día, un viajero, que llegaba de muy lejos, se postró ante el rey y le dijo:
– Majestad, vengo de un lejano reino donde también llegó su mensaje. Deje que le entregue un anillo que yo he usado durante mucho tiempo. Cada vez que me sentía triste o por lo contrario, eufórico, lo observaba durante unos minutos, y recuperaba la calma. Solo tiene que leer el mensaje inscrito en su interior. Cuando lo necesite, solo cuando lo necesite…
Con estas misteriosas palabras, el monarca tomó el humilde anillo que el viajero le entregaba. Estaba hecho de bronce y un tanto oscuro ya. No parecía tener ningún valor económico. Sin embargo, decidió aceptarlo, a la espera de ponerlo a prueba.
Y ese día no tardó en llegar. Casi por sorpresa, un ejército enemigo invadió el reino y el rey tuvo que huir del castillo. Cabalgó por el bosque, perseguido por algunos guerreros. Pero el monarca consiguió esconderse y el enemigo no lo encontró. Sin embargo, estaba solo en el bosque, y comenzó a sentirse triste, acabado:
– Ya no tengo nada, y estoy solo… ¿Qué me queda para seguir viviendo?
Explicación:
El final o desenlace de un cuento, es la parte donde suele darse el clímax, la solución al problema y la finalización de la narración.