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Respuesta:
Lo único que deseo, es que se haga justicia”:
En la mañana del 13 de julio de 2013, un hombre llora desconsolado mientras trata de responder a las preguntas de unos periodistas, que en ese momento cubrían la noticia de un terrible accidente de tránsito provocado por conductor ebrio que cobró la vida a dos jóvenes mujeres y dejó cuadripléjico al taxista; mientras que el responsable del accidente quedó ileso. Entre lamentos, el indignado hombre, padre de una de las víctimas, exclama y sentencia; “lo único que deseo, es que se haga justicia”.
Me pregunto si el afectado hombre se estaba refiriendo al trámite del procedimiento que es a través de un ciudadano que ha entrado en contradicción con el ordenamiento penal, tiene el derecho a ser juzgado conforme las reglas del debido proceso por una autoridad judicial competente. La cual respetando y haciendo respetar una serie de garantías constitucionales y supraconstitucionales, intente desvirtuar su presunción de inocencia dentro de los límites adjetivos y sustantivos, que la jurisprudencia ha establecido, para determinar si debe o no ser objeto de un juicio de reproche estatal. Y la respuesta es evidentemente, no.
En el imaginario colectivo mayoritario de los miembros de la sociedad colombiana, existe una concepción de justicia equivalente al de la venganza. Justicia es ojo por ojo y diente por diente. De ahí, que en la opinión pública no caigan adecuadamente las sentencias judiciales que concedan beneficios, absoluciones o rebajas de pena, toda vez que se intuye que justicia es castigo, y por ende éste debe y tiene que ser directamente proporcional al daño causado.
Para la filosofía contemporánea occidental, el hombre (como criterio de humanidad), es un ser racional con la innata capacidad de percibir a través de la reflexión y a la experiencia los fenómenos de la realidad del mundo que lo rodea, por lo que aquí la problemática se centra en el efecto práctico de la racionalidad instrumental propia de las sociedades organizadas mediante sistemas. Y es que, mientras los actores sociales “anhelan” una forma de justicia que discrepada por una posición a la justicia instituida, dado que esta justicia debería ser una manifestación objetiva de la voluntad popular de donde emana el poder que precisamente encarna y ejerce.
Entonces, como primera conclusión, desde esta perspectiva la justicia es un poder que concede la facultad para imponer castigos a quien lo ostenta.
Explicación:
:)