• Asignatura: Castellano
  • Autor: anamaria2008ramirez
  • hace 2 años

Resumen del capítulo 14 hasta el 18 del mago de oz :3 porfa lo necesito ahora!!! ;)

Respuestas

Respuesta dada por: rosaangelicasevillan
2

Respuesta:

eso fue lo que encontre

Explicación:

Recordaréis que no había un camino, ni siquiera un sendero, entre el castillo de la Bruja Mala y la Ciudad Esmeralda. Cuando los cuatro viajeros trataban de encontrar a la Bruja, ella los había visto venir, y había enviado a los Monos Alados a buscarlos. Se sentó en la hierba y miró a sus compañeros, que se sentaron y la miraron a ella, y Totó descubrió que por primera vez en su vida estaba demasiado cansado para perseguir a una mariposa que pasaba junto a su cabeza; sacó la lengua, se puso a jadear y miró a Dorothy como preguntándole qué iban a hacer.—¿Qué os parece si llamamos a los Ratones del Campo? —sugirió la niña—. Dorothy hizo sonar el silbato que llevaba colgando del cuello desde que se lo había dado la Reina de los Ratones. A los pocos minutos oyeron un susurro de pies muy pequeños, y aparecieron corriendo muchos ratoncitos grises. Habían preparado una silla con las manos, y se cuidaban de no hacerle daño.—¿Por qué tenéis que obedecer el hechizo del Bonete de Oro? —preguntó la niña.—Es una larga historia —contestó el jefe, con una carcajada—; pero como tenemos por delante un largo viaje me entretendré contándotela, si lo deseas.—Me encantará oírla —dijo Dorothy.—Fuimos una vez un pueblo libre —comenzó a contar el jefe— que vivía feliz en el gran bosque, volando de árbol en árbol, comiendo nueces y frutos y haciendo lo que nos daba la gana sin tener que llamar amo a nadie.

FUE LO MAS RESUMIDO QUE PUDE ;)

Respuesta dada por: mariapaez8
0

Respuesta:

cap 14

Recordaréis que no había un camino, ni siquiera un sendero, entre el castillo de la Bruja Mala y la Ciudad Esmeralda. Cuando los cuatro viajeros trataban de encontrar a la Bruja, ella los había visto venir, y había enviado a los Monos Alados a buscarlos. Se sentó en la hierba y miró a sus compañeros, que se sentaron y la miraron a ella, y Totó descubrió que por primera vez en su vida estaba demasiado cansado para perseguir a una mariposa que pasaba junto a su cabeza; sacó la lengua, se puso a jadear y miró a Dorothy como preguntándole qué iban a hacer.—¿Qué os parece si llamamos a los Ratones del Campo? —sugirió la niña—. Dorothy hizo sonar el silbato que llevaba colgando del cuello desde que se lo había dado la Reina de los Ratones. A los pocos minutos oyeron un susurro de pies muy pequeños, y aparecieron corriendo muchos ratoncitos grises. Habían preparado una silla con las manos, y se cuidaban de no hacerle daño.—¿Por qué tenéis que obedecer el hechizo del Bonete de Oro? —preguntó la niña.—Es una larga historia —contestó el jefe, con una carcajada—; pero como tenemos por delante un largo viaje me entretendré contándotela, si lo deseas.—Me encantará oírla —dijo Dorothy.—Fuimos una vez un pueblo libre —comenzó a contar el jefe— que vivía feliz en el gran bosque, volando de árbol en árbol, comiendo nueces y frutos y haciendo lo que nos daba la gana sin tener que llamar amo a nadie.

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