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El control de las actividades pesqueras es insuficiente y discriminatorio.
La pesca europea se encuentra en peligro lo afirma el Consejo Internacional para la Explotación del Mar (CIEM). La población de los cardúmenes ya no se encuentra dentro de los límites biológicos de seguridad. La situación es especialmente apremiante si se tiene en cuenta que la especie se enfrenta a graves amenazas. En primer lugar, la intensidad actual de las capturas pone en peligro la sostenibilidad de la pesca. Un 70 por ciento del volumen de negocios anual de los pescadores profesionales de la costa vasca por ejemplo, procede de las anguilas, aun cuando este tipo de pesca se practica únicamente durante cinco meses al año, de noviembre a marzo. En segundo lugar, la actividad humana tiene importantes repercusiones en el ciclo vital del pez que tiene que sufrir la degradación de la calidad del agua, la fragmentación de su hábitat y la obstaculización de sus migraciones, principalmente causada por los embalses hidroeléctricos.
Los cardúmenes de Anchoa o bocarte se agotan como resultado del la competencia pesquera entre España y Francia. En 1965 se pescaban 80.000 toneladas de anchoa en el norte (Golfo Vizcaya) en los años 90 eran unas 30.000 de media, de 2002 a 2004 fueron 10.000 y este año 2005 se termino la temporada con 200 toneladas.
La situación de las poblaciones pelágicas pequeñas (arenque, espadín, caballa, boquerón, sardina) y de especies sometidas a pesca industrial (faneca noruega, lanzón) en general no se ha deteriorado en los últimos veinte años. La población del atún rojo está claramente sobreexplotada. Los recursos bentónicos (cigala, peces planos) están sometidos a una sobreexplotación económica general.
La situación de la sobreexplotación pesquera varía en Europa de una zona a otra, por ejemplo en el Mar Báltico, la situación actual no es sostenible. En el Mar del Norte hay una tendencia descendente de las poblaciones de peces fusiforme. En aguas occidentales, las tasas de mortalidad por pesca han ido aumentando hasta situarse a la altura de los niveles históricos observados en el Mar del Norte e, incluso, superándolos con frecuencia. En el Mediterráneo, numerosas poblaciones son objeto de sobre pesca. Muchas poblaciones pesqueras actualmente en los mares europeos han rebasado ya los límites biológicos de seguridad o están a punto de hacerlo.
De acuerdo con la evolución "El Estado Mundial de la Pesca y la Acuicultura" (FAO, 2005), las cantidades de peces demersales maduros en los mares europeos han disminuido considerablemente en muchos casos durante los últimos treinta años. Por término medio eran un 90 por ciento mayores a principios de la década de los setenta que a finales de los noventa. El descenso general de los desembarques es de una magnitud similar.