Escribe en tu cuaderno un relato que te hayan contado tus padres o abuelos que sucedió hace mucho tiempo y que aun sigues recordando por la enseñanza que tiene esa anécdota.
Respuestas
Respuesta:
que mi tia un dia se subio a un arbol y despues no se podia bajar
Explicación:
en estos momentos tengo un yeso puesto por no obedecer s lo hubiera hecho no me habria partido la muñecaa, esa es la enseñanza
Respuesta:
yo conozco una pero... no se si te sirva ya que de echo es una leyenda tipo anécdota que si paso hace mucho pero tu la puedes adaptar a si fuera un relato que te contaron tus abuelos ya que los abuelos de mis tatarabuelos lo vivieron y se conto de generación en generación pero yo ahora hago un cambio hoy te la cuento a ti como a mi me la contaron ayer...
EL NIÑO DEL PUENTE
Corría el año de 1865, D. Ignacio Castellanos era un latifundista muy importante en Ocotlán, dueño entre otras muchas propiedades de la antigua Hacienda de San Andrés.
Don Ignacio pidió permiso al Congreso del Estado para construir dos puentes: el de Cuitzeo que ya desapareció y el de San Andrés que es el que nos ocupa. El Congreso del Estado le dio permiso para que construyera un puente de calicanto, por esos tiempos el río Colorado de Zula que viene de los Altos traía mucha corriente, no había presas río arriba que detuvieran el flujo del Zula, y muy frecuentemente había inundaciones en el pueblo, que en varias ocasiones llegaron hasta la plaza. La gente de Ocotlán salía huyendo del pueblo dejando abandonadas sus casas. El maestro constructor de esta obra fue D. Desiderio Salcedo, que junto con el administrador de la hacienda llamado Justo Banegas, cuando estaban levantando las columnas y antes de desplantar los arcos a la altura del nivel del río hicieron un nicho entre las piedras de la tercer columna, y ahí emparedaron vivo a un niño de cinco años, con la vista fija hacia el oriente, que es por donde venía el río y taparon con piedra el hueco, dejando al niño encerrado el cual murió de asfixia, el puente se terminó, lo inauguraron y estuvo en servicio durante un tiempo cobrándose un peaje por cruzar el puente. Al año siguiente por el mes de julio hubo un temporal de lluvias muy abundante, y un día en la noche se oía el llanto de un niño tan fuerte que despertó a todo el vecindario, y la gente acudió al lugar en donde se escuchaba el llanto y llegando al río, vieron que los lamentos venían del puente, pero nunca vieron al niño, pero al voltear hacia el río vieron una gran crecida del río Zula que se aproximaba a Ocotlán, todas las personas salieron huyendo del pueblo, esa noche la gente la pasó en el campo, todo el centro de Ocotlán amaneció inundado, el agua tapaba los arcos del puente, pero el llanto del niño ya no se escuchaba. Pasaron algunas semanas y todo volvió a la normalidad. Pero la gente del pueblo juraba y perjuraba que el niño emparedado les había avisado del peligro de la inundación del pueblo. Y así de esta forma el niño fue el protector de Ocotlán, para eso lo habían emparedado, para que avisara cuando había peligro de inundación. Mucha gente aún recuerda la terrible inundación de 1926 y los llantos del niño que les avisaba cuando el agua se iba acercando. La última vez que oyeron llorar a este niño fue en 1968, cuando se desbordó el río Zula por última vez inundando las dos eucaleras, Cantarranas y parte del Centro de Ocotlán. En esta historia realmente no sabemos en dónde termina la verdad y en dónde comienza la mentira o la exageración.