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Respuesta:
La gastronomía está plagada de gentilicios. Cuantas veces habremos tomado una paella valenciana, un pulpo a la gallega o unos callos a la madrileña. El comer tiene sus raíces muy arraigadas sobre el territorio. Nadie lo duda. No en vano, las materias primas propias de una zona siempre han condicionado su carta.
Al menos hasta que el mundo se globalizó al ritmo que hoy conocemos. Un tiempo en el que comer un burrito mexicano o unos noodles tailandeses es ya muy habitual en casi cualquier parte del planeta. Hoy vamos a hablar de comidas de marcado carácter geográfico. Comidas con nombre de lugar, que no siempre tienen por qué ser del lugar al que apunta su denominación.
Respuesta:
La gastronomía está plagada de gentilicios. Cuantas veces habremos tomado una paella valenciana, un pulpo a la gallega o unos callos a la madrileña. El comer tiene sus raíces muy arraigadas sobre el territorio. Nadie lo duda. No en vano, las materias primas propias de una zona siempre han condicionado su carta.
Al menos hasta que el mundo se globalizó al ritmo que hoy conocemos.
Explicación:
Al menos hasta que el mundo se globalizó al ritmo que hoy conocemos.