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Respuesta:
¿La democracia tiene un papel importante en el estado?
La forma como se ha estructurado la organización social, el manejo del Estado, la forma de gobierno y los modelos de desarrollo diseñados en Colombia, han facilitado la profundización de las diferencias entre las relaciones de clases, el empobrecimiento de la población, la concentración de poderes y con ellos, los enfrentamientos armados entre los distintos grupos sociales, como única solución a esos problemas.
La concentración en el poder político y la dirección del Estrado han conllevado a la plutocracia y el nepotismo como maneras de administrar la cosa pública, de facilitar la apropiación de los recursos y bienes por una pequeña parte de la población, resultado de los modelos de desarrollo aplicados. Todos estos hechos confirman las diferencias económicas existentes en la sociedad y la agudización de los conflictos.
Esos modelos de desarrollo instaurados han quebrado a la poca base económica nacional y producido el debilitamiento de la clase media colombiana. Como consecuencia de estos sucesos se ha fracturado también, a la gobernabilidad en el país, lo que ha polarizado más el antagonismo y el conflicto entre las clases sociales, es decir, entre los ricos y los pobres del país, y deteriorado la aparente estructura democrática del mismo.
¿por que?
Porque el ejercicio de la democracia es el que mejor refleja los hábitos y costumbres cívicos de una sociedad, en la actualidad, esta práctica reclama la procuración de una experiencia política en la que la ciudadanía ejerza su derecho y tenga los conocimientos para tomar mejores decisiones.
La democracia es considerada como una forma de gobierno justa y conveniente para vivir en armonía. En una democracia ideal la participación de la ciudadanía es el factor que materializa los cambios, por lo que es necesario que entre gobernantes y ciudadanos establezcan un diálogo para alcanzar objetivos comunes.
En ese sentido, solamente con la participación efectiva, la voluntad, así como con la sinergia entre los tres órdenes de gobierno y la sociedad la democracia se puede tornar en una realidad ideal.
¿Para que?
En México, contamos con un sistema electoral democrático, competitivo y plural. Este sistema, sustentado en el principio básico de “una persona, un voto” permite que todas y todos tengamos la misma capacidad de incidencia frente a la política y ejerzamos de esta forma un control sobre el poder del Estado.
Al ser los gobiernos municipales los más cercanos a la ciudadanía, son quienes juegan un papel determinante para la alternancia política y la consolidación del ejercicio democrático.
Los gobiernos locales fueron los principales promotores de la alternancia política, impulsaron su trayectoria en nuestro país hasta culminar con la alternancia en el gobierno federal. A nivel estatal, la alternancia política se produjo en el estado de Baja California en el año de 1989, lo cual consolidó el proceso de competencia electoral en las regiones. Sin embargo, el proceso más relevante se dio con las controvertidas elecciones municipales de Chihuahua, celebradas a principios de los años ochenta. A partir de este momento, las alternancias a nivel municipal comenzaron a modificar el mapa electoral en la República Mexicana.
En el proceso electoral de este 2018, más de 56.6 millones de personas que acudieron a ejercer su derecho al voto, nuestro mapa político se modificó y en nuestros municipios así como en los congresos locales existirá una diversidad de partidos y coaliciones tomando decisiones.
No obstante, los retos que enfrenta nuestra democracia en el ámbito municipal son la competencia y la sucesión. Por tanto, es necesario que se fomenten valores universales como la tolerancia, el pluralismo, el respeto de los derechos humanos, la libertad y el diálogo para construir sociedades más democráticas y justas en donde se fortalezca la gobernanza eficaz y responsable.
Por tanto, es necesario que se garanticen procesos transparentes, participativos, inclusivos e imparciales para promover sociedades, justas, pacíficas e inclusivas.
En ese sentido, los gobiernos municipales debemos fortalecer una democracia transparente y equitativa basada en los principios de certeza, legalidad, independencia, imparcialidad, máxima publicidad y objetividad; que fomente la participación ciudadana y en consecuencia contribuya al desarrollo democrático y sostenible de México.