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Durante otro de mis viajes, nos pasó algo increíble: llegando a una isla, nos abordaron unos enanos que nos llevaron hasta un lugar en donde habitaba un enorme gigante de un solo ojo en la frente. Era realmente terrorífico. Más aún cuando vimos que el gigante se alimentaba de hombres, ya que había cientos de huesos alrededor. El gigante agarró a uno de los nuestros y se lo comió de un bocado.
Pensamos cómo escapar de allí, y se me ocurrió que podíamos aprovechar mientras dormía para atacarle. Pero antes debíamos construir pequeños botes con los juncos para salir de la isla. Así que esa noche escapamos hacia la orilla y construimos a toda velocidad tres pequeñas barcas.
Regresamos al lugar en donde estaba el gigante y nos hicimos con una barra de hierro. La pusimos al fuego y la usamos para atravesar su ojo. Como estaba durmiendo profundamente, no nos oyó llegar. El gigante se levantó gritando, dolorido, y como estaba ciego, no conseguía agarrarnos. Así que corrimos hacia los botes y nos subimos a ellos. Llegamos hasta otro islote en donde había serpientes gigantes. Menos mal que al poco rato llegó un barco… ¡Era mi barco! Y al fin pude de nuevo regresar a Bagdad.