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Kuchisake-Onna
El profesor de matemáticas les había puesto un examen sorpresa a última hora y la clase habían terminado más tarde de lo habitual. Las sombras ya cubrían las calles de Tokio cuando las gemelas Sakura y Keiko emprendieron el regreso a casa. Iban hablando animadamente y, apenas sin pensarlo, torcieron por una calle angosta para acortar el trayecto. Ya habían avanzado algunos metros cuando repararon en la escasa iluminación del lugar y en que eran las únicas transeúntes.
De improviso, una mujer salió de entre las sombras de un portal y empezó a andar hacia ellas. La desconocida lucía una larga cabellera negra, un abrigo oscuro y la mitad inferior de su rostro estaba cubierta por una mascarilla quirúrgica. Esto último no inquietó a Sakura y Keiko, pues antes del coronavirus muchos japoneses habitualmente optaban por usar mascarillas para evitar resfriados y otras enfermedades.
La mujer se detuvo ante ellas y preguntó: “¿Soy hermosa?”. Las chicas sonrieron con alivio al considerar que la desconocida era inofensiva y Sakura se adelantó para responder: “Sí”.
Entonces se quitó la mascarilla, dejando a la vista las horribles heridas que partían de la comisura de su boca y que la transformaban en una macabra sonrisa de oreja a oreja. “¿Y ahora?”, preguntó de nuevo. Sakura gritó horrorizada mientras Keiko permanecía inmóvil, incapaz de reaccionar.
Con un rápido movimiento, la desconocida extrajo unas grandes y afiladas tijeras de debajo de su abrigo y abrió la garganta de Sakura. La sangre, que brotó a borbotones, salpicó a Keiko, que al fin reaccionó y empezó a correr en dirección contraria.
Pero aquella mujer se materializó frente a ella. Y volvió a hacerlo cada vez que Keiko intentaba evitarla y escapar. “¿Soy hermosa?”, preguntaba el yokai (espíritu demoníaco) cuando se le aparecía delante.
Desesperada, Keiko decidió contestarle afirmativamente. El espectro le dedicó entonces la mueca más macabra y metió las tijeras en la boca de la chica cortándole la comisura de los labios y la carne de las mejillas, dibujando en su rostro una sonrisa sangrienta tan terrorífica como la suya.
El hombre de los sueños
En enero de 2006, un psiquiatra de Nueva York recibió en su consulta a una de sus pacientes como un día cualquiera. En aquella sesión, la joven le explicó que había soñado en repetidas ocasiones con un hombre al que ni si quiera conocía. Tenia una calva incipiente, las cejas muy gruesas y los labios extremadamente finos, en especial el superior. Mientras oía la descripción, el facultativo dibujó el retrato del sujeto. No le dio mayor importancia y lo dejó sobre la mesa.
Las tornas cambiaron cuando, en sus siguientes consultas, dos pacientes más aseguraron haber visto al mismo hombre en sueños. El psiquiatra decidió hacer copias del dibujo y enviarlo a varios compañeros de profesión. Meses después, vieron que el número de personas que habían soñado con él no paraban de aumentar y optaron por crear una página web en la que se registraran todas sus apariciones. Los facultativos descubrieron que el misterioso hombre se había colado en los sueños de cerca de dos mil personas.
Sus “apariciones” son de lo más dispares. Uno de los pacientes aseguró haberlo visto vestido de Papá Noel. Otro dijo haberse enamorado en cuanto lo vio. Un tercero asegura que cuando sueña que vuela, el hombre lo hace junto a él, y nunca habla.
El fenómeno ha dado pie a múltiples teorías conspirativas. Una de ellas señala que el intruso es una persona real con la habilidad de irrumpir en los sueños. Otra, incluso afirma que se trata de un proyecto oculto de los gobiernos para controlar las vidas de los ciudadanos. La hipótesis más científica, sin embargo, indica que este rostro forma parte de la “conciencia común”. Y otra, es que es un hombre que en su vida tenia problemas sociales y se desahogaba jugando frii faier, hasta que un dia se enojo por que no tenia diamantes y le pidio a su tio a cambio de.......... y termino muriendo :v