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Nadie ignora que la India - aquel gran triángulo inverso cuya base está en el Norte y la punta al Sur - comprende una área de un millón cuatrocientas mil millas cuadradas, sobre la cual se encuentra desigualmente diseminada una población de ciento ochenta millones de pobladores.
Empero la India inglesa, propiamente esa, únicamente cuenta una área de cuatrocientas mil millas cuadradas y una población de ciento a ciento 10 millones de habitantes Mucho mencionar es que una importante parte de la región se haya librado hasta hoy de la autoridad de la Reina; y en impacto, entre ciertos rajaes del interior, fieros y terribles, la libertad india es aún absoluta.
Iba añadido a sus dominios lentamente las múltiples provincias adictas a los rajaes mediante alquilas que no pagaba o pagaba mal; llamaba un gobernador general y todos los empleados civiles y militares: sin embargo ahora por el momento no existe, y las posesiones de Inglaterra de la India dependen de manera directa de la Corona.
Ahora unos barcos de vapor recorren a gran rapidez el Indus y el Ganges, y un tren, que atraviesa la India en toda su anchura ramificándose en su recorrido, pone a Bombay a 3 días tan únicamente de Calcuta.
El trazado de este tren no sigue la línea recta por medio de la India.
Partiendo de Bombay atraviesa Salcette, salta al conjunto de naciones enfrente de Tannab, cruza la sierra de los Ghats Occidentales, corre al Noroeste hasta Burhampur, surca el territorio casi sin dependencia de Buidelkund, se eleva hasta Allahabad, se inclina al Este, descubre al Ganges en Benarés, se desvía sutilmente, y volviendo al Sureste por Burdiván y la metrópoli francesa de Chandemagor, va a conformar cabeza de línea en Calcuta.
Eran las 4 y media de la tarde una vez que los pasajeros del "Mongolia" habían desembarcado en Bombay y el ferrocarril de Calcuta salía a las 8 en punto.
Mister Fogg se despidió de sus compañeros, salió del vapor, otorgó a su criado la orden de hacer varias compras, le recomendó expresamente que estuviera previo a las 8 en la estación, y con su paso regular, que batía como el péndulo de un reloj astronómico, fue a la oficina de pasaportes.
Por lo tanto, nada pensaba ver de las maravillas de Bombay, ni la municipalidad, ni la magnífica biblioteca, ni los fuertes, ni los docks, ni el mercado de algodones, ni los bazares, ni las mezquitas, ni las sinagogas, ni los santuarios armenias, ni la espléndida pagoda de Malebar Hill, adomada con 2 torres poligonales.
Al salir de la oficina de pasaportes, Phileas Fogg se ha sido sosegadamente a la estación, y ahí se logró servir la comida.
Phileas Fogg admitió el guisado y lo probó concienzudamente, sin embargo, pese a la salsa, lo encontró detestable.
-Señor- le mencionó mirándole cara a cara-, ¿es esto conejo?
-Sí, milord- respondió descaradamente el perillán-, conejo de esta tierra.
-¡ Mayado! ¡ Oh, mi lord! ¡ Un conejo! Os juro...
-Señor fondista- replicó con frialdad mister Fogg-, no juréis, y acordaos de esto: antiguamente, en la India, los gatos eran animales sagrados.
Después de esta observación, mister Fogg siguió comiendo con tranquilidad.
Ciertos momentos luego de mister Fogg, el mánager Fix había desembarcado además del "Mongolia" y se había ido corriendo a vera al director de la policía de Bombay. ¿Se había recibido de Londres una orden de prisión?... Y en impacto, la orden no podía haber llegado aún.
Quiso lograr del director la orden, sin embargo le ha sido negada. Era tema que competía a la gestión metropolitana, siendo ella quien solamente podía ofrecer legalmente un mandato de prisión.
Fix no insistió, y comprendió que debía resignarse a esperar la orden; empero resolvió no perder de vista a su impenetrable bribón a lo largo de constantemente que estuviera en Bombay.