¿Alguien me puede decir, de manera detallada, los cambios sexuales de la mujer en la adolescencia al nivel psicológico?
Respuestas
Todos estos cambios físicos, están unidos a cambios psicológicos que tienen que ver con su forma de pensar, comprender y experimentar. La maduración temprana, acompañada de la menstruación, puede no ser bienvenida en las chicas que la padecen, y estas pueden incluso tratar de ocultar sus signos externos más visibles por miedo a llamar la atención, a crecer o a engordar demasiado.
Durante esta etapa aumenta la curiosidad por conocer el mundo que rodea al adolescente, poniendo en tela de juicio cualquier tema que conozcan o aprendan ya que comienzan a formar opiniones propias y suelen ser más críticos con aspectos como la familia, el amor, los amigos, etc.
Además del crecimiento corporal, en esta etapa comienza la búsqueda de la propia identidad, y surgen preguntas como ¿quién soy?, ¿cómo soy? Es entonces cuando se generan los primeros deseos de independizarse de la familia, para realizar actividades o planes en los que toman especial protagonismo el círculo de iguales ?amigos/as?.
El grupo de iguales se convierte en el grupo con el que los adolescentes se sienten más identificados, otorgándoles el papel que antes tenía la familia. Los amigos son el principal apoyo con el que compartir todo tipo de experiencias y vivencias. Asimismo, sienten la libertad suficiente para expresarse sin miedo a recibir juicios o a sentirse evaluados.
Los sentimientos de aceptación en su grupo de referencia están muy relacionados con opiniones idealizadas acerca del atractivo y la belleza física, lo que supone una mayor preocupación por el aspecto físico y la imagen de sí mismo/a. Lo que puede provocar una baja autoestima en aquellas chicas que no hayan tenido la primera menstruación, al sentirse inferiores corporalmente a otras chicas que ya hayan adquirido un cierto nivel de desarrollo sexual y corporal.
Esta etapa puede resultas confusa para las niñas, por ello deben de confiar en sus padres para hablar de elloLa pubertad también se caracteriza por el egocentrismo propio de los adolescentes. Sienten que son el centro de atención y que no hay nada más importante que ellos mismos, porque están comenzando a descubrirse y a comprenderse. Además, suelen sentir de una forma más intensa cualquier emoción que aparezca en diferentes situaciones, ya que durante la pubertad el cerebro trata de ajustar los cambios corporales y psicológicos que se producen.
CONSECUENCIAS DE LA EVOLUCIÓN Y DESARROLLO DEL CEREBRO EN LA FORMA DE PENSARDurante la adolescencia, el cerebro tiende a funcionar de forma diferente a la de los adultos a la hora de resolver problemas, generar alternativas y tomar decisiones. Por ello, los adolescentes tienden a reaccionar y a comportarse de manera impulsiva, actuando antes de pensar en la mayoría de los casos. Suelen malinterpretar señales sociales y emocionales, y no consideran las consecuencias que tienen sus actos, por lo que es muy difícil que logren modificar comportamientos de riesgo. Aunque en esta etapa, adquieren la capacidad de razonar de una forma más compleja y a expresar mejor sus sentimientos, aumentando de esta forma su inteligencia emocional.
¿CÓMO HABLAR CON TU HIJA DURANTE ESTE PERÍODO DE CAMBIO?Lo habitual es que las niñas se muestren preocupadas y perdidas cuando empiezan a notar el desarrollo físico que experimentan. Tenderán a compararse con el resto de niñas, por lo que es importante estar pendiente y entablar una conversación en un momento donde, tanto madre como hija, estén tranquilas y de buen humor. Es importante explicarle a su hija que la pubertad tiene diferentes etapas de cambios y no todas las chicas se encuentran en la misma etapa, y que su ritmo de desarrollo es el adecuado para ella.
También es necesario proporcionar información acerca de los cambios que sufre su cuerpo, tratando de ofrecerle soluciones a su olor corporal, al acné y a los períodos de regla. Su hija puede sentirse avergonzada o incómoda, para hablar de su desarrollo sexual, por lo tanto, es fundamental proporcionarle la confianza necesaria para que ella pueda acudir a la madre siempre que lo necesite.