• Asignatura: Religión
  • Autor: claudiocastroru
  • hace 2 años

¿Cómo relacionarías la vida de San Ignacio con el kintsugi?

Respuestas

Respuesta dada por: nataliahh1705
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Respuesta:

en Una suerte pequeña, la perturbadora novela de la escritora Claudia Piñero, uno de los personajes (Robert) se esmera por describir frente a la protagonista de la historia la diferencia entre estar roto y estar dañado, como ella, que intenta desesperadamente recomponerse de un hecho traumático: "Un daño se puede reparar, zurcir. Lo roto es difícil de reparar, casi siempre es mejor cambiarlo por otro. En cambio, lo dañado tiene una reparación posible. Una esperanza, la ilusión de volver, no digo al estado anterior al daño, pero sí a un estado en el que la vida pueda seguir fluyendo (…) Usted no podrá evitar el daño, pero sí convertir eso que hoy no la deja vivir en un dolor apaciguado".

El proceso de sanación emocional deja marcas, cicatrices que bien pueden dejarse a la vista u ocultarse con recelo. Pero según el kintsugi, una técnica centenaria japonesa que consiste en reparar piezas de cerámica rotas y que es también una filosofía de vida, ningún sentido tendrá ignorar las lastimaduras, lavarlas o disimularlas. Por el contrario, esta práctica revaloriza la belleza de las cicatrices: las roturas forman parte de la historia del objeto, lo hacen único y definen su identidad. El valor está en la imperfección, en el desgaste. Así, bajo la premisa de esta práctica, un cuenco destrozado podrá ser ornamentado con encaje y la unión de los fragmentos ser unida con un barniz espolvoreado de oro, plata o platino. Claro que con las roturas del corazón no es tan sencillo como con las piezas de cerámica. Y lleva tiempo. En el kintsugi la etapa de secado es clave para la recomposición del objeto porque es justamente lo que garantiza su solidez y durabilidad.

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