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Respuesta:
Esta largo pero son muchas palabras y algunas opiniones
Explicación:
La gran paradoja con la que me quedo después de años de estudio, es la del bien y el mal. Nietzsche admiró a Baruch Spinoza precisamente por haber sido el primer filósofo en declarar que el bien y el mal no son más que palabras que hemos creado para designar lo que nos acerca o nos aleja de lo que queremos. Luego Nietzsche mismo escribió toda una filosofía más allá del bien y del mal, y a la vez que creaba el método genealógico, hizo una genealogía del bien y del mal. Nuestros conceptos serían como redes que arrojamos al mar para pescar sus tesoros, pero las redes con las que pescamos, nada nos dicen del mar.
Después de tantos años de pensarlo, no estoy de acuerdo: el bien y el mal son algo más que palabras. Hay algo básico, incluso mínimo, sí, pero hay algo que comprendemos, que intuimos a través de nuestros conceptos. Quizá en cuestiones éticas no seamos más que pequeños micos haciendo gestos acerca del universo, pero hay algo que comprendemos: el bien es un symbolon, el mal es un diábolon.
Esas dos palabras griegas resuenan fuertemente y como bien decía Nietzsche, la filología debe estar al servicio de la filosofía. Symbolon, compuesta por sym: “conjuntamente” o “volver a unir”, y bállein: “lanzar de un sitio a otro”. Por su parte, diábolon, en lugar de anteponer la partícula “sym”, presenta “dia”: a través de un lugar a otro.
Una de las historias que se bordan alrededor de estas palabras nos dice que cuando un individuo se hospedaba en una casa griega dejando ahí un lazo de amistad y confianza, a la hora de partir, el anfitrión rompía un madero o hueso en dos: ambas familias conservaban una mitad, de modo que si generaciones después algún miembro de ambas familias entraba en contacto nuevamente, podía comprobar que en efecto, pertenecía a la familia que había quedado unida por lazos de amistad y confianza. De modo que symbolon es lo que, al unirse, se complementa, se hace uno completo.
Diábolo, es exactamente lo contrario: día significa “a través de” y alude a la lejanía o al espacio entre dos cosas que se encuentran desunidas, y junto con bállein significa “lanzar de un sitio a otro”. De modo que el diábolo lanza dos cosas lejos la una de la otra: separa, desune, y por ello en la antigua Grecia diabolos, o diablo, significa calumniador: el diablo es en realidad aquel que engaña, difama, calumnia, denigra y con ello, separa ya sea a individuos o a una comunidad, en lugar de unirla.
Unir y desunir; admirar y envidiar; reconocer y desconocer; cuidar y maltratar; tranquilizar y molestar, honrar y difamar; ser veraz y engañar; acreditar y desprestigiar; amar y odiar; bien y mal; símbolo y diábolo.
Las redes con que pescamos, algo nos dicen del mar.
