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Respuesta:
para dirigirlos en una dirección ideológica determinada. La función apelativa del lenguaje suele
estar presente especialmente en aquellas secciones destinadas a la opinión y a la interpretación de
los hechos.
- Función poética: esta función es importante en algunos textos periodísticos como las
crónicas taurinas o deportivas, determinados artículos o columnas de opinión, etc.; textos en los
que además de informar y opinar, se busca la estética del texto para hacer disfrutar al lector con el
estilo y los recursos literarios.
El lenguaje periodístico
El lenguaje de los géneros informativos ha de ser reflejo del afán de objetividad e
impersonalidad, y debe responder a los principios de claridad, concisión y corrección en el estilo,
que constituyen las tres “ces” del buen estilo periodístico. Ello da lugar a que se tome como modelo
un lenguaje referencial cuya nota característica no es la abundancia de artificios retóricos, sino su
ausencia:
· En tono enunciativo, se emplea la 3ª persona y los verbos narrativos en pretérito
perfecto simple o presente histórico actualizador de los hechos. También es común el
empleo del pretérito imperfecto de indicativo en lugar de los pretéritos perfectos simples
o compuestos (Esta madrugada la policía entraba en la casa y encontraba un arsenal…).
· Se recurre a un léxico denotativo, preciso, pero versátil, en función de la variedad de
temas de que trata la información, con adjetivos descriptivos y ausencia de terminología
afectiva o hiperbólica.
· Los enunciados tienden a la concisión, sin exceso de subordinación, sin anacolutos o
digresiones.
· Se utilizan con frecuencia las citas textuales de los protagonistas de la noticia, en
estilo directo que certifica la objetividad de la información.
· Apenas se usan recursos expresivos para no dar una imagen poética o emotiva de la
realidad.
En los géneros de opinión, por el contrario, el lenguaje se caracteriza por la libertad y la variedad
en el estilo. Dentro de un registro estándar con tendencia a lo culto, podemos encontrar multitud
de recursos estilísticos (metáforas o analogías, hipérboles, reiteraciones expresivas, adjetivos o
adverbios de carácter afectivo o valorativo, referencias históricas, culturales, etc.) que sirven
siempre a la intención valorativa, crítica, o de cualquier otro tipo del autor.
Muchas veces los principios deontológicos y estilísticos del periodismo se adulteran por la
degradación del lenguaje o la manipulación ideológica, con lo que la información se falsea o se
empobrece. Se ofrece una visión tendenciosa del contenido, con la intención de destacar sólo
aquello que interesa, o suscitar la atención del lector sobre determinados aspectos. En los titulares
se utilizan dos tipos de recursos:
· El lenguaje connotativo, con tematizaciones que llevan a primer término lo que se
quiere destacar; elipsis, que reducen el título a la mínima expresión; uso del tono
exclamativo o interrogativo y de recursos retóricos como metáforas, personificaciones,
paradojas, hipérboles o eufemismos, etc. (Decretazo del gobierno, ¡El Madrid fenomenal!
Recortar para crecer, Rajoy tumba a Rubalcaba).
· Abuso de recursos tipográficos, muy frecuentes en la prensa amarilla y en la
deportiva: grandes titulares, ruptura de la linealidad y horizontalidad del titular, o
manipulaciones tipográficas (colores, letras deformadas o invertidas, entrecomillados o
subrayados innecesarios