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De un mundo bipolar a un mundo multipolar: el papel de Europa, China y Japón. Los países no-alineados y el Tercer Mundo .
Un mundo multipolar. Los nuevos polos en el Oeste
La situación de hegemonía abrumadora norteamericana surgida de la segunda guerra mundial, comenzó a ser modificada por el surgimiento en el bloque occidental de dos nuevos polos de poder económico:
• Japón de derrotado en la guerra pasó a convertirse en la segunda potencia económica mundial. Los productos Made in Japan pronto comenzaron a inundar los mercados norteamericano y europeo.
• La Comunidad Económica Europea (CEE) , nacida por el Tratado de Roma en 1957, fue un gran éxito económico de tal nivel que el Reino Unido, que se había negado a adherirse en su nacimiento, solicitó su ingreso en 1961.
Esta diversificación del poder económico no se concretó, sin embargo, en un desafío político. Este, aunque muy matizado por la desproporción de fuerzas, vendrá de la Francia de De Gaulle. El general francés tras volver al poder en el marco de la crisis provocada por la guerra de Argelia, se lanzó a una política nacionalista y de grandeza nacional, Francia accedió a la bomba atómica en 1960, frente al aliado norteamericano.
• Se negó a admitir la entrada del Reino Unido en la CEE por dos veces, en 1963 y 1967. Para el general francés, el Reino Unido, con su "special relationship" con Washington, significaba un verdadero "caballo de Troya" norteamericano que hubiera desnaturalizado un proyecto europeo independiente.
• A la vez, De Gaulle se negó a ceder ni un ápice de soberanía nacional en favor del proyecto europeo lo que provocó una seria crisis, la denominada "crisis de la silla vacía" en 1965-1966 en la CEE.
• Finalmente, en marzo de 1966 Francia se retiró del mando integrado de la OTAN y De Gaulle pronunció un discurso en Phnom Penh en agosto de ese año condenando la intervención norteamericana en Indochina.
La República Federal de Alemania también inició una cierta autonomía diplomática, aunque en este caso su fidelidad a la alianza norteamericana y a la OTAN nunca se puso en cuestión. Willy Brandt, líder de la socialdemocracia alemana, accedió a la cancillería de Bonn en 1969 e inició una política de apertura hacia el este, conocida como la Ostpolitik.
La nueva actitud de la República Federal Alemana (RFA) de aceptación de las fronteras surgidas de la segunda guerra mundial llevó a la firma de tratados con la URSS, Polonia y Checoslovaquia.
En ese contexto de acercamiento, el 1971 el estatuto de Berlín fue acordado por las cuatro potencias ocupantes y las dos Alemanias, la RFA y la comunista República Democrática de Alemania (RDA), se reconocieron mutuamente en 1972, ingresando al año siguiente en la ONU.
Las fuerzas centrífugas en el Este
La ruptura chino-soviética se consolidó y agudizó trascendiendo del ámbito ideológico y llegando al territorial. En 1969 tuvieron lugar violentos combates en el río Ussuri en la frontera común entre ambos países. Esta ruptura se verá acompañada por el acercamiento chino-norteamericano que culminará con la visita de Nixon a Pekín en febrero de 1972.
En Europa oriental asistimos a diversos movimientos que tratan de huir de la ortodoxia impuesta por Moscú:
• Janos Kadar, dirigente húngaro impuesto tras la invasión soviética de 1956, si bien se mantiene fiel en el terreno diplomático a la URSS y al Pacto de Varsovia, ensaya en el terreno económico reformas liberales que alejaron a su país del modelo ortodoxo soviético y permitieron un relativo bienestar de la población.
• El papel de país agrícola reservado a Rumanía en el COMECON (del inglés Council for Mutual Economic Asístanse, en español Consejo de Ayuda Mutua Económica) precipitó la disidencia de este país frente a las directrices del Kremlin. El dictador rumano Nicolae Ceaucescu emprendió una política de independencia respecto a Moscú que culminó con su negativa a participar en la invasión de Checoslovaquia en 1968.
• En 1970, las protestas obreras en Polonia precipitaron la dimisión de Gomulka, quien fue sustituido por Gierek.
No obstante, el gran desafío a la dominación soviética vino desde Checoslovaquia. El líder comunista Alexander Dubcek emprendió un amplio programa de reformas que liberalizarán el régimen e instaurarán lo que se denominó el "socialismo de rostro humano".
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