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Las faldas y los rolos no fueron limitantes para que mujeres del 1965 también agarraran sus fusiles y participaran activamente junto al pueblo en una de las guerras civiles más relevante en la historia de la República Dominicana, la Guerra de Abril de 1965, que demandaba el retorno del profesor Juan Bosch a la Presidencia y el respeto a la Constitución de 1963.
Durante la Guerra de Abril, la resistencia hubiera sido más difícil sin la intervención de las mujeres, por lo menos en el caso de la población civil, así lo aseguró la combatiente Teresa Espaillat Hernández, durante su disertación titulada “Participación de las Mujeres en la Guerra de Abril”, actividad que busca destacar los aportes realizados por la mujer dominicana en cualquier ámbito. Abastecer de comida, cuidar a los heridos, servir de correo, trasladar las armas, encubrir al combatiente, hacer guardias en los comandos, realizar los procesos fúnebres, taquigrafía durante interrogatorios de prisioneros, fueron algunas de las acciones de las mujeres durante los meses de resistencia de la Guerra de Abril.
Guerra de Abril evidenció dos cosas: primero, que la mujer es capaz de realizar varias tareas, y segundo, que al igual que los hombres también estuvieron expuestas a los riesgos de la revolución. “Los tiros no preguntan género”.
Entiende, además, que la guerra sirvió para cambiar las concepciones del segregacionismo femenino, de que la mujer tiene un grupo aparte. Lugares como la Academia 24 de Abril, según palabras de Teresa, aportaron espacios de igualdad, para hombres y mujeres. Pues ahí, aunque había machismo, los entrenamientos eran iguales para todos.